Se sabe poco o nada acerca de la transición de la vida paleolítica a la neolítica en el Egipto prehistórico, representada por la transformación de la caza y la recolección, a la agricultura y el sedentarismo en general. Es probable que la manifestación de este proceso se halle más que nada en la depresión del Fayum; cuenca natural al sureste de la meseta de Guiza, en el Bajo Egipto. Lugar que sería habitado por una cultura, conocida como Fayum A, aproximadamente desde el 6.000 hasta el 4.000 a.C.

En aquel entonces, El Fayum sería más húmedo de lo que es hoy, con llanuras verdes y valles con arbustos de flores y árboles exóticos. En tanto el desierto se expandía de forma imperceptible, grupos de cazadores que acampaban de vez en cuando en el sitio y recolectaban los recursos naturales de la tierra según las estaciones del año, poco a poco se irían asentando. De un momento a otro introducirían una nueva forma de vida, basada fundamentalmente en el almacenamiento de granos en pozos circulares colocados al lado de los fogones de sus asentamientos. Así, sin saberlo, darían paso a consecuencias monumentales para la historia futura.

Cada uno de estos pozos de granos contendría una mezcla de semillas silvestres, trigo y cebada; y necesitado, gracias al bajo rendimiento de los cultivos, de dos o tres acres de tierra para ser llenado por completo. Plantado en octubre y noviembre y madurado durante los siguientes meses, el referido pozo habría significado para los nuevos agricultores varios días de cosecha. A partir de aquí los habitantes del Bajo Egipto se establecerían y sembrarían el suelo limoso[1] para comenzar a contar sus años en cosechas. Las del Fayum fueron las primeras de Egipto, probablemente gracias al lago ubicado en la zona que era alimentado por una de las ramas del Nilo y sus feroces aguas. Este río, a su vez, daría vida a la totalidad de la región debido a las inundaciones anuales que provocaba. Curioso también que, a lo largo de toda la historia antigua y hasta los últimos dos siglos, no hubo otra fuente de agua en todo Egipto además del Nilo.

El Fayum y el río Nilo.[2]

En los días de los agricultores del Fayum, más de 100 millones de toneladas de sedimentos se desbordaban del río en una inundación anual promedio, lo que fertilizaba, además de los lagos y pantanos del Fayum, las estrechas llanuras limosas dentro del Valle y los pantanos y praderas del Delta. 

En el tiempo del Fayum, el verano, a finales de marzo o principios de abril, era una época de cielos oscuros y tormentas violentas, de vientos y ráfagas de aire seco y caliente; en la que los prados comenzaban a secarse y los peces nadaban más cerca en las piscinas cada vez más reducidas de los humedales, hasta que se convertían en una sola masa que podía ser recogida por mano. Muchas de las aves nativas volaban hacia el norte en ese momento para evitar el calor creciente. Las plantas y las frutas casi desaparecían, y los melones silvestres se habrían vuelto muy secos. Incluso las raíces silvestres que eran una fuente de alimento perenne para estos agricultores se harían tan duras dentro de la tierra agrietada en gris que habrían tenido que molerlas en harina y remojarlas en agua antes de poder comerlas. Se trataba del peor de los tiempos.

En junio, a pleno calor del sol, el Nilo se volvía turbio y ligeramente ácido, un augurio de la próxima inundación. Lentamente comenzaba a elevarse. En julio, con la corriente del río fluyendo cada vez más rápido, cada vez más alto, los vientos al atardecer soplaban frescos sobre la corriente. En agosto, cuando la inundación era inminente y las temperaturas superaban los 40°C, el universo parecía detenerse.

Si la inundación era demasiado generosa y ahogaba las marismas y los prados por demasiado tiempo, tardaría en retroceder y las aguas estancadas retrasarían la siembra; la humedad y los hongos amenazarían los almacenes de semillas; ranas y roedores plagarían los asentamientos. Si era muy baja, las aguas podían ni siquiera romper la estrecha brecha dentro de los acantilados del valle que alimentaban el lago del Fayum, y si lo hacía, el agua de seguro sería insuficiente para cubrir la tierra cultivable, amenazando con ello el tamaño de la próxima cosecha y provocando la acumulación de sal en costras blancas a través de la superficie del sedimento seco, lo que volvía infértil.

La inundación perfecta se hallaba en las orillas del río a fines de agosto, arrastrando limo fresco, claro y fértil y eliminando la sal que se había cristalizado en el barro seco durante los meses de verano.  En septiembre, cuando ésta permanecía inmóvil y brillante a través del valle del Nilo y el lago Fayum era dos veces mayor que el de Galilea, volvería a haber rocío y nubes moteadas en el cielo azul brillante. Más tarde, en octubre, cuando las aguas de la inundación comenzaban a retroceder y las mañanas se volvían frescas y brumosas, la siembra habría comenzado.

Compartiendo algunos de los antiguos hábitos de los cazadores-recolectores, parece que en diciembre y enero las comunidades del Fayum dejaban sus campos detrás de ellos, para viajar hacia el Este, a través de los valles de las montañas hasta las playas del Mar Rojo, o tal vez hacia el Oeste, recorriendo la sabana seca hasta los exóticos oasis del Sahara.

En febrero, el sol naciente más alto rompía el frío, el Nilo corría claro y dulce de nuevo, y las cosechas que los granjeros sembraron a principios del invierno alcanzaban su altura máxima. Y así, en marzo o principios de abril, cuando sus cereales estaban maduros para la cosecha, éstos regresaban a su lago brillante, porque éste era el clímax de su año agrícola, la época de tejer contenedores de granos una vez más y llenarlos con semillas.

Estos agricultores habrían procesado sus cultivos trillando sus granos con palos y machacando algunas de las semillas más duras con piedras, luego recogiendo dichos granos con conchas y pequeñas canastas finamente tejidas antes de moler el maíz utilizando dos piedras pesadas. La dureza de algunos granos parece haber sido un problema especial. El maíz quemado, mezclado con carbón vegetal puede haber sido un subproducto desechado de la tostada, cuyo objetivo era reventar la semilla como palomitas de maíz; proceso que habría tenido lugar en el momento de la cosecha simplemente prendiendo fuego a las plantas secas en los campos.

Silos para almacenar granos, en el Fayum A.[3]

Mientras que los cazadores-recolectores también habían vivido en concierto con las estaciones, en una ronda interminable de viajes impulsada por los ritmos del año, los granjeros del Fayum ahora permanecían la mejor parte de la temporada en un solo paisaje. En sus simples refugios hechos con pieles y juncos, junto al lago, en lugar de erigir algún tipo de vivienda con muros; criando animales para su dieta, que eventualmente cocinaban en sus fogones –como ganado vacuno, cabras y ovejas–; cazando peces, tortugas, gansos y otros con redes, flechas con punta de pedernal, arpones y lanzas –lo que demostraba que no se hallaban lejos de abandonar sus hábitos de cazadores–; y construyendo embarcaciones probablemente a partir de racimos de las mismas cañas y juncos que usaron para sus pozos de granos y sus refugios.

Incluso su cerámica era diferente a la de sus ancestros nómadas. Pues pese a que los granjeros todavía hacían pequeños cuencos de arcilla como lo habían hecho los cazadores-recolectores, también crearon tazas que fueron caprichosamente sostenidas sobre cuatro patas pequeñas, así como una variedad de platos rectangulares ásperos. Asimismo, fabricaron macetas mucho más grandes, redondeando suavemente sus bases para permitirles mantenerse en las cenizas de sus fogones.

Moviéndose continuamente a través de una variedad de paisajes durante todo el año, los cazadores-recolectores fueron parte de los procesos naturales que explotaron. No era necesario que vieran a sus pequeñas comunidades como separadas de la naturaleza: tal autoconciencia, de hecho, podría haber amenazado su existencia. Los granjeros, por otro lado, vivieron en el mismo lugar durante la mayor parte del año y se establecieron en un patrón fijo de actividades: un patrón que, al menos durante parte del año, no proporcionaba su dieta diaria de inmediato. Esto, entonces, era una vida que demandaba planificación anticipada, una vida que requería una cierta distancia del entorno inmediato, una cierta objetividad.

Nada ejemplifica mejor este nuevo sentido de orden alcanzado por la gente del Fayum, que los restos de lino que se han encontrado en sus asentamientos. En su orden y abstracción y en la precisión de su planificación, los pequeños fragmentos contienen el patrón de las comunidades que los hicieron. Tal trabajo requiere una variedad de habilidades especiales, tiempo y planificación también.

Por otro lado, se han encontrado numerosas piedras en forma rugosa con varios surcos y agujeros, que bien podrían haber sido utilizadas como pesas para redes de pesca, o incluso como pesas de telar, ya que los trozos de tela que sobreviven provienen de trozos mucho más largos de lino bien tejidos, hechos en un telar en el que los hilos de urdimbre se mantuvieron en una tensión constante mientras trabajaba el tejedor. Tal creación implicó necesariamente tanto la manipulación exigente de filas de hilos estrechos, como, siendo una actividad física y analítica, una preocupación absorta. Éstas, las primeras telas egipcias conocidas, serían los antepasados ​​directos de la noble industria doméstica que proporcionaría a los reyes futuros y a sus cortesanos las prendas más espléndidas.

Cuchilla encontrada en el asentamiento Kom W[4] del Fayum.[5] 

Las personas del Fayum también hicieron collares y pulseras, y probablemente usaron pinturas corporales. Se destacaron a su vez por hacer puntas de flecha tan bonitas como joyas, desmenuzando el pedernal color miel de las montañas cercanas en forma de V, con dos espigas elegantemente curvadas con hileras medidas de pequeñas virutas a lo largo de sus bordes cortantes. Puntas de flecha que son, a decir verdad, el epítome de una tradición de pedernal de cerca de tres millones de años.

Con todo, los agricultores ya no trabajaban dentro de las tradiciones de cazadores y recolectores de sílex. Tanto en su forma como en las técnicas de su fabricación, estas sorprendentes puntas de flecha comparten pedigrí común con las creadas en las culturas casi contemporáneas del norte de África y el Levante. Sin embargo, difieren del trabajo de sus primos internacionales en que el suyo es más fino. Tampoco se muestra un deseo de mejorar la eficiencia de las puntas de flecha y, por lo tanto, capturar más carne. Los cazadores-recolectores, cuyas vidas habían dependido durante mucho tiempo de tales herramientas, hicieron puntas más afiladas, más fuertes y menos bonitas de manera más rápida y eficiente.

Lo que demuestra la considerable cantidad de esfuerzo que los granjeros del Fayum invirtieron en hacer puntas de flecha es que el acto de cazar y matar animales salvajes, parte integral del mundo natural de los cazadores-recolectores, tenía ahora un nuevo significado. Al mismo tiempo, las exquisitas puntas de flecha de los agricultores muestran, al igual que la atención embelesada de los tejedores a su oficio, un cultivo especial de habilidades dentro de estas pequeñas comunidades que, como el prehistoriador Jacques Cauvin comentó sobre los eventos anteriores de este mismo fenómeno, aparece como «una búsqueda estética inexplicable».

Bibliografía Principal

John Romer. A History of Ancient Egypt, 2017.

Joshua J. Mark; Ancient History Encyclopedia. Predynastic Period in Egypt. https://www.ancient.eu/Predynastic_Period_in_Egypt/

Wikipedia. Prehistoric Egypt. https://en.wikipedia.org/wiki/Prehistoric_Egypt#Faiyum_A_culture

University College London. Fayum. https://www.ucl.ac.uk/museums-static/digitalegypt/fayum/index.html


[1] El suelo limoso es aquel que está compuesto en mayor medida por el limo, un sedimento cuyo tamaño no supera los 0.05 milímetros. Dado su tamaño tan pequeño y liviano, es transportado a través de las corrientes de aire y de los ríos y es depositado en distintas zonas, especialmente en aquellas cercanas a los cauces de los ríos.

[2] Seif Kamel. Lake Qarun (Birket Qarun) in the Fayoum of Egypt. http://www.touregypt.net/featurestories/lakeqarun.htm

[3] University College London. Fayum Kom K. https://www.ucl.ac.uk/museums-static/digitalegypt/fayum/fkomkl2.html

[4] Sitio estratificado en la costa norte de Fayum, rico en restos neolíticos.

[5] University College London (Gertrude Caton-Thompson/Gardner). Fayum Neolithic, Kom W (about 4400 BC). https://www.ucl.ac.uk/museums-static/digitalegypt/fayum/fayumblades.html