El paleolítico representa el período más temprano de actividad humana en Egipto. Es un término que usan los arqueólogos en el mundo para referirse específicamente al período que precede al nacimiento de la agricultura. En esta época, los cazadores-recolectores, que vivían en pequeños grupos, subsistían gracias a la caza y a la recolección de plantas silvestres comestibles, siendo esta última probablemente más importante que la primera, que dependía de la oportunidad, las herramientas utilizadas y de cierto grado de cooperación entre los cazadores.

Estos cazadores-recolectores, que, por supuesto desconocían la agricultura y la cría de animales, típica de nuestros días, vivían en campamentos temporales, no en aldeas permanentes. Usaron más que nada herramientas de piedra, aunque es probable que también de materiales orgánicos, como madera, huesos y cuernos de animales.

La roca chert fue la más común para fabricar herramientas, aunque aun así también se usaron otros materiales como el cuarzo y la piedra arenisca. Se han encontrado incluso herramientas de obsidiana, que tienen un borde aún más afilado que las de chert, en algunos entierros predinásticos (cultura Naqada). La obsidiana provenía de la región sur del Mar Rojo, lo que indica el comercio a larga distancia.

División del Paleolítico en Egipto.[1]

En general, hay una tendencia a reducir el tamaño de las herramientas de piedra a lo largo del Paleolítico, desde las grandes hachas de mano del Paleolítico Inferior hasta los microlitos del Paleolítico Tardío que habrían sido diseñados para usarse como herramientas compuestas. Éstas también se vuelven más especializadas, en una amplia variedad de tipos de tareas, desde la preparación de la piel hasta los puntos de las lanzas y las flechas. La aparición de nuevos tipos de herramientas, como piedras de afilar y cuchillas de hoz, puede indicar un cambio en las estrategias de subsistencia, como la creciente importancia de las plantas en la dieta.

Las herramientas de piedra paleolíticas que se han encontrado en Egipto no fueron producidas por la misma especie de hombre primitivo. Aunque no hay evidencia fósil de quién elaboró las del Paleolítico Inferior, se presume que están asociadas con el Homo erectus, que evolucionó en África Oriental hace aproximadamente 2 millones de años. El Paleolítico Medio, por su parte, está asociado con los primeros Homo sapiens, cuyos orígenes parecen haber estado en el sur de África hace más de 120 000 años. En los tiempos del Paleolítico superior y tardío, el Homo sapiens habría sido la única especie en África y en otras partes del Viejo Mundo.

Los sitios paleolíticos en Egipto por lo general son encontrados cerca de fuentes de agua, como el Nilo, o antiguos oasis. También donde abunda materia prima para la fabricación de herramientas. Las herramientas más antiguas conocidas del Valle del Nilo son más o menos de hace 300 000 años y provienen de los acantilados que cruzan el río desde Abu Simbel. El asentamiento paleolítico más antiguo del desierto de Egipto data aproximadamente de 250 000 – 90 000 años.

Debido a su aislamiento, los sitios paleolíticos en el desierto están mucho mejor conservados que los del Valle, pero la exploración arqueológica en éstos ha sido limitada, gracias en parte a las condiciones muy inhóspitas y la difícil logística para el trabajo de campo. Se necesita mucha más investigación en las regiones desérticas.

Los primeros sitios paleolíticos pertenecen al «Paleolítico Inferior» y se caracterizan por grandes herramientas de piedra conocidas como hachas. Las herramientas de escamas más pequeñas se convirtieron, más tarde, en característica principal del «Paleolítico Medio». Después de un período de transición, los sitios del «Paleolítico Superior» aparecieron junto con sus herramientas de piedra largas y delgadas conocidas como cuchillas. Luego, durante el «Paleolítico Tardío», se desarrolló un nuevo tipo de herramienta de piedra, las cuchillas, que son un tipo de microlito, de menos de 5 centímetros de largo. Los últimos cazadores-recolectores del Paleolítico en Egipto pertenecían a culturas «Epipaleolíticas».

Paleolítico Inferior

Los lugares del Paleolítico Inferior están, por lo general, bastante erosionados, de modo que los artefactos son escasos. En Umm Shagir, por ejemplo, situado en el tope de una montaña de 150 metros, consiste en una dispersión de 159 artefactos diseminados en medio kilómetro de territorio. Sitio con poca riqueza arqueológica en comparación con los de las dinastías tempranas, que suelen tener 500 o más artefactos en un metro cuadrado. Claro no todos los sitios de este período albergan tan pocos artefactos. Arkin 8, por ejemplo, tiene 3407 artefactos en un área de 40 x 80 metros y proporciona evidencia de una temprana estructura que se cree que data del 100 000 a.C. Dicha estructura, compuesta de una serie de bloques de arenisca dispuestos en un semicírculo con una base ovalada, excavada a unos 30 cm de profundidad, es quizás la vivienda más antigua construida en el mundo.

Otro lugar del Paleolítico Inferior ubicado en lo profundo del desierto es Bir Sahara 14, que se halla alrededor de un antiguo manantial. Su fecha temprana (aproximadamente 100 000 a. C.) y la asociación de herramientas de piedra con cáscara de huevo de avestruz y huesos de animales lo convierten, junto con Arkin 8, en uno de los sitios más importantes de esta época.

Hace cien mil años, cuando Arkin 8 y Bir Sahara 14 estaba ocupados, el río que fluía a través de Egipto era el Protonilo. Tenía numerosos canales entrelazados en lugar de un único canal como el moderno Nilo. Aparte, el desierto de Egipto lucía más como la llanura de Serengueti que como la vasta y desolada región de hoy en día. Jirafas, gacelas e incluso elefantes deambulaban en el terreno. Los hipopótamos, por su lado, eran muy comunes en el río.

Fred Wendorf[2], comenzó a excavar sitios paleolíticos en la década de 1960, primero en Nubia y luego en el desierto occidental y el Alto Egipto. A partir de sus extensas investigaciones, ahora se sabe que, durante los períodos menos áridos en los tiempos del Paleolítico Inferior, la gente vivía en el Desierto Occidental al lado de piscinas de agua alimentadas por manantiales de oasis, así como al lado de estanques estacionales y los lagos al sur de estos oasis que se formaron cuando hubo algo de lluvia. Las herramientas del Paleolítico Inferior que se han encontrado en Egipto, en los márgenes del Valle del Nilo y en el Desierto Occidental, pertenecen a una industria lítica conocida en otros lugares del Viejo Mundo como Achelense, posiblemente de 500 000 años de antigüedad, cuya herramienta más característica es el hacha de mano. No se sabe para qué se usaron. Eran demasiado grandes y pesados ​​para ser puntas de lanzas o flechas. Podrían haber sido utilizados para múltiples propósitos, como cortar, aserrar, picar y martillar.

Anteriormente, las herramientas del Achelense se registraron en la Baja Nubia en la década de 1960, y también pueden estar asociadas con los antiguos canales del río este-oeste ahora enterrados bajo la parte sur del desierto occidental.

Culturas paleolíticas.[3]

Paleolítico Medio

Hace unos 90 000 años, las lluvias que caracterizaron el período del Paleolítico Inferior fueron interrumpidas, y por un corto tiempo el Sahara se convirtió en un vasto desierto hiper árido. Durante este período de sequía, los pueblos que habitaban estas tierras se refugiaron en el Valle del Nilo y los grandes oasis, como Jariyá. Pronto volvió un clima más húmedo y surgiría el Paleolítico Medio. Los manantiales, lagos y exuberantes praderas cubrirían gran parte del Sahara, superando las condiciones de la sabana que habían prevalecido en el período paleolítico anterior.

Por esta época, los habitantes de Egipto y del norte de África desarrollaron una forma más eficiente de fabricar herramientas de piedra. Esta nueva técnica, por la cual los copos en lugar del núcleo de piedra se convierten en herramientas, se conoce como el método Levallois[4]. Quizás lo más importante entre las nuevas herramientas fabricadas por este proceso fue la punta de piedra, que permitió a las personas del paleolítico convertirse en cazadores más eficientes, buscar presas más grandes y diferentes y perseguir dichas presas. Las hachas se volvieron raras y luego ya no se fabricaron, quedando únicamente las herramientas de escamas, más pequeñas. Éstas se han encontrado en el Valle del Nilo, en Egipto y Nubia, aunque los sitios mejor conservados se hallan en el desierto occidental.

No es seguro si la innovación tecnológica y el inicio de un clima más hospitalario fueron casuales o estuvieron conectados, pero gracias a estos factores se produjo un verdadero florecimiento de culturas paleolíticas. Algunas áreas del desierto están literalmente alfombradas con herramientas del Paleolítico Medio.

Mientras que las herramientas del Achelense (Paleolítico Inferior) se fabricaron cortando escamas de una piedra, y el núcleo de piedra restante se convirtió en la herramienta. En la técnica posterior de Levallois (Paleolítico Medio), el núcleo de piedra proporcionó la materia prima y los copos se convirtieron en la herramienta, obteniéndose de esta forma muchas herramientas de una sola piedra.

Fabricación de herramientas en el achelense y en el musteriense.[5]

La cultura Ateriense del Paleolítico Medio, que floreció en Egipto desde el 40 000 al 30 000 a.C., ejemplifica los avances técnicos y culturales de la época. Una de las herramientas más características de dicha cultura era una punta lítica finamente escamada, que se habría fijado a un dardo y utilizado a través de un palo. Esta arma fue el rifle de caza mayor de su tiempo, y el gran aumento en el número y tipo de huesos recuperados de los sitios de la cultura Ateriense es evidencia de su efectividad. Los restos faunísticos reportados en los sitios de esta cultura incluyen una gran vaca aurochs[6] (extinta), dos especies de gacelas, antílopes de diferentes tamaños, asno salvaje, zorro, chacal, jabalí, avestruz, tortuga y aves.

Los Aterienses, con sus herramientas sofisticadas y su destreza de caza, vivían al lado de otros pueblos que usaban herramientas más simples y carecían de las puntas líticas en sus herramientas. Algunos sitios están separados por solo 14 km, lo que sugiere que la comida era lo suficientemente abundante como para permitir que diferentes culturas vivieran de manera amigable y exitosa en las sabanas del Sahara. Aproximadamente al mismo tiempo que los Aterienses y otras culturas Musterienses prevalecían en el Desierto Occidental, la gente del Khormusan vivía a lo largo del río.

En un intento por simplificar el panorama cultural del Egipto paleolítico, algunos estudiosos prefieren ordenar estos grupos en una secuencia de Musteriense a ateriense, que culmina con el Khormusan. Sin embargo, las fechas de radiocarbono sugieren que estos grupos se superpusieron durante miles de años. Se cree que, mientras que el desierto permaneciera relativamente hospitalario, los musterienses, aterienses, khormusanos y probablemente muchos otros grupos prosperaron y vivieron lado a lado.

En el Alto Egipto, cerca de Quena, evidencia de una cultura del Paleolítico Medio tardío de entre 70 000 y 50 000 años ha sido identificada por Pierre Vermeersch[7]. Las cuchillas, que se convierten en la herramienta característica del Paleolítico Superior, aparecen por primera vez en el conjunto de herramientas de piedra, lo que sugiere una fase de transición. En el sitio de Taramsa 1, cerca del templo ptolemaico de Hathor en Dendera, se ha excavado el esqueleto más antiguo conocido en Egipto, que data de 55 000 años. Es el entierro de un niño anatómicamente moderno. El acto intencional de entierro, incluso uno simple que no requirió mucho gasto de energía, sugiere alguna forma de conmemoración de los muertos por parte de miembros vivos de la familia o grupo social del niño que fue de alguna importancia social y/o simbólica para ellos.

Paleolítico Superior

Alrededor del 37 000 a. C., el clima comenzaría a secarse, y en 30 000 a. C. el ambiente de Egipto era tan árido como lo es hoy. La flora y la fauna del desierto occidental desaparecieron, y los pueblos del Paleolítico Medio que vivían allí perdieron sus fuentes de alimento. Incluso el gran oasis de Jariyá aparentemente desapareció y fue abandonado por casi 20 000 años.

¿Qué pasó con los pueblos aterienses y musterienses? Sin duda, muchos grupos pueden haberse extinguido, pero es probable que algunos hayan gravitado hacia el Nilo. En ese momento, el Valle del Nilo debe haber tenido suficiente vegetación y comida para apoyar a los recién llegados. Sin un transporte fluvial eficiente, sin embargo, estos grupos no pudieron establecer y mantener un contacto regular entre sí, por lo que sus diferencias culturales persistieron y crecieron, dando lugar a las numerosas tradiciones del Paleolítico Superior.

Con base en evidencia geológica como el Nilo y los sedimentos del desierto, así como también fósiles de plantas y animales, los prehistoriadores creen que un clima más húmedo y hospitalario regresó a Egipto desde aproximadamente el 17 000 hasta el 13 000 a.C. En este momento, una cultura orientada al río recientemente adaptada, conocida como Halfan, llegó a dominar un tramo del Nilo que se extiende desde la segunda catarata hasta Kom Ombo, un área de 360 ​​km. Los primeros sitios de Halfan poseen herramientas de Levallois, pero los sitios posteriores se caracterizan por herramientas de escamas altamente especializadas, llamadas microlitos, muchas de menos de 3 cm de largo. Éstas fueron creadas para su uso en herramientas compuestas como el arco y la flecha o el arpón, indicativos de la fase final del período paleolítico, el Paleolítico Superior o Tardío. Los microlitos representan un refinamiento sobre la tecnología anterior de Khormusan, lo que sugiere que la gente de Halfan estaba mejor adaptada a la caza y a la pesca a lo largo del Nilo que sus predecesores. También hay evidencia de que al menos otras tres comunidades florecieron en el Alto Egipto entre aproximadamente el 17 000 y el 15 000 a.C.: Kubbaniya, Idfuan y Qadan.

Microlitos.[8]

Los Kubbaniya, cuyos sitios datan de aproximadamente 16 070 – 15 640 a.C., utilizaron pequeñas herramientas microlíticas y dividieron su tiempo entre dos hábitats distintas pero superpuestas. Durante el invierno y la primavera (de noviembre a junio), acamparon en las tierras fronterizas entre los campos de dunas y la llanura aluvial del Nilo, una posición que les permitió explotar tanto los peces como a cualquier animal de pastoreo que pudiera extenderse a las tierras del interior después de una rara lluvia invernal. Cuando la inundación anual del Nilo comenzaba a fines de junio, se retiraban más atrás en las dunas para evitar las aguas de la inundación. Allí acamparon y explotaron los peces atrapados en las piscinas dejadas por dicha inundación en retroceso y cazaron cualquier animal que se alimentara o se refugiara en los mini oasis creados por el agua acumulada. Junto con la evidencia del variado menú que disfrutaron, encontramos que los de Kubbaniya estaban almacenando comida además de consumirla de inmediato. Sobre la base del tamaño y la cantidad almacenada, esta comunidad aparentemente comenzó a compartir con un grupo social más grande que la familia inmediata.

Los de Idfuan vivieron a lo largo del Nilo en el Alto Egipto (15 850 – 15 000 a. C.) y aparentemente practicaron las costumbres del Paleolítico Medio, en esencia una forma de vida más antigua. La ausencia de herramientas microlíticas en los sitios de Idfuan sugiere una adaptación menos eficiente a la pesca y a la caza de aves y, tal vez, una dependencia continua de los métodos más antiguos de caza y captura.

Paleolítico Tardío

Hace unos 13 000 a 12 000 años, la última Edad de Hielo llegó a su fin, seguida por el Holoceno temprano, la época geológica actual en la que vivimos. En las tierras altas de Etiopía hubo un aumento de las precipitaciones y la descarga de los ríos, y el Nilo Blanco, que anteriormente había estado seco, comenzó a fluir nuevamente. Como resultado de este clima significativamente más húmedo en África Oriental, hubo inundaciones muy altas en el Nilo en Egipto. Debido a lo que se ha denominado el «Nilo salvaje» de esta época, hay muchos vacíos en el registro arqueológico. Sin embargo, tres cementerios del Paleolítico Tardío en Nubia datan de la época del Nilo Salvaje y pertenecen a una cultura con escamas microlíticas, conocida en la Baja Nubia y el Alto Egipto como la industria Qadan.

Con la cultura Qadan (13 000 – 9 000 a.C.), surge por primera vez evidencia que nos permite satisfacer nuestra curiosidad sobre cómo se veían estas personas. Los arqueólogos descubrieron tres cementerios de Qadan en un área que ahora se encuentra bajo las aguas del lago Nasser. Los sitios de cementerios son muy importantes por los diversos tipos de información que es posible obtener de ellos. Los restos óseos entregan información sobre la estatura física, la dieta y las enfermedades que plagaron a estos primeros egipcios. Los análisis de los huesos y las tumbas también pueden proporcionar información importante sobre la clase social y las creencias religiosas, así como sobre la longevidad y la calidad de vida.

Un total de 59 esqueletos de hombres, mujeres y niños fueron recuperados de un cementerio de Qadan, que se cree que tiene alrededor de 12 000 años. Los cuerpos fueron enterrados ligeramente flexionados sobre sus lados izquierdos con sus cabezas hacia el este y hacia el sur. Más de un individuo a menudo compartía la misma tumba, y en general los cuerpos fueron enterrados en pozos ovales poco profundos cubiertos por losas planas de piedra caliza. Es posible que pequeños montículos de tierra alguna vez cubrieran las tumbas, pero hace mucho tiempo que se erosionaron. Estas personas de Qadan muestran evidencia de dolencias físicas familiares como artritis, problemas sacroilíacos, osteítis y posiblemente tuberculosis espinal, así como una variedad de trastornos dentales, como la falta de dientes, caries y abscesos.

Tumbas de Qadan.[9]

Las personas enterradas en este cementerio constituyen lo que se puede llamar una población representativa: a diferencia de la mayoría de los cementerios antiguos, que generalmente están dominados por ancianos y recién nacidos, personas de todas las edades fueron enterradas. Una segunda característica inusual de los mismos fue la colocación de 110 artefactos de piedra, casi todos en posiciones que sugieren que habían penetrado los cuerpos. Muchos de los artefactos se encontraron a lo largo de la columna vertebral, pero otros se ubicaron en la cavidad torácica, la parte inferior del abdomen, los brazos y el cráneo. De hecho, se encontraron varias piezas aún incrustadas en los huesos esfenoides del cráneo, en posiciones que indican que los proyectiles habían entrado por debajo de la mandíbula inferior.

La conclusión obvia que se puede extraer de esta evidencia es que la muerte de estos individuos fue violenta, pero ¿por qué? ¿Qué pudo haber causado la muerte violenta del 40 por ciento de las personas enterradas? Una posible razón podría ser un conflicto generado por una reducción en el suministro de alimentos provocado por un retorno a las condiciones áridas. Con más personas que se mudan al Valle del Nilo, igualmente afectadas por la pérdida de recursos, el territorio podría haberse convertido en un problema, y ​​la combinación de recursos alimenticios limitados y una mayor territorialidad podría haber generado competencia y eventualmente conflictos entre los grupos que competían por las tierras más productivas del Valle del Nilo.

Un cementerio de Qadan ubicado directamente al otro lado del Nilo y que data de aproximadamente el mismo período de tiempo reveló poca evidencia de violencia. De los 39 esqueletos recuperados, solo dos mostraron signos de trauma. Unas pocas tumbas en un tercer cementerio cerca de Toshka mostraban los cuernos de ganado salvaje gigante (Bos Primigenius), justo por encima de los enterramientos, lo que sugiere que al menos algunos entierros fueron marcados de una manera que se vio en las tumbas reales dinásticas tempranas posteriores, pero de nuevo hay poca evidencia de violencia.

Desde los tiempos del Paleolítico Tardío en adelante, la evidencia arqueológica apunta a un desarrollo tecnológico y cultural más rápido que el que se había producido durante varios cientos de miles de años del Paleolítico Inferior, Medio y Superior (con grandes lagunas de información para este último). Las cuchillas que aparecieron en este momento son tan pequeñas que deben haber sido diseñadas para fabricar herramientas compuestas con filos o puntas afiladas, lo que sugiere la invención del arco y la flecha. Los morteros y las majas son otro nuevo tipo de herramienta de piedra asociada con el Paleolítico Tardío. La evidencia arqueológica también sugiere una mayor variación en las estrategias de subsistencia que antes, con prácticas de caza y recolección más diversificadas. Aunque todavía se cazaban grandes mamíferos como el ganado salvaje, también se consumieron aves acuáticas, mariscos y peces.

Epipaleolítico

Con un clima más cálido en todo el mundo a principios del Holoceno, los glaciares en el hemisferio norte comenzaron a derretirse y los niveles del mar aumentaron en todo el mundo. En el valle del Nilo, muchos sitios de ocupación de los últimos cazadores-recolectores del Paleolítico probablemente estén profundamente enterrados bajo el aluvión. En consecuencia, se ha recuperado poca evidencia del epipaleolítico desde el valle del Nilo. Solo se han encontrado dos culturas epipaleolíticas, ambos del 7000 a.C.: la cultura Qaruniana con sitios en la región de Fayum, donde existía un lago mucho más grande que el actual, y la cultura de El Kab, en el sur del Alto Egipto.

Las herramientas epipaleolíticas eran microlitos pequeños y bien hechos; las cuchillas pequeñas a menudo estaban respaldadas para evitar que el usuario se cortara el dedo al trabajar con ellas. El sitio del Valle del Nilo de El-Kab revela una secuencia estratigráfica completa de la vida paleolítica. Se recuperaron más de 4000 artefactos, la mayoría de los cuales eran pequeñas herramientas microlíticas como buriles y cuchillas retocadas minuciosamente. Las cuentas de cáscara de huevo de avestruz también fueron comunes, lo que indica que las personas usaban ornamentación. El patrón de vida Epipaleolítico sugerido en El-Kab se repite en otras áreas de Egipto. Por ejemplo, más al sur, cerca de la frontera egipcia moderna con Sudán, los de Arkin (8600 ± 150 a.C.) pescaron y cazaron a lo largo del Nilo. Otros grupos, como el de Shamarkian (c.5700 a.C.), también desarrollaron una forma de vida orientada al Nilo. La pesca también fue importante para los pueblos epipaleolíticos en El-Kab, y pueden haber utilizado embarcaciones para la pesca en aguas profundas en el Nilo principal. Originalmente, estos sitios estaban ubicados al lado de un canal del Nilo.

Trabajando en el Fayum, Gertrude Caton Thompson[10] identificó dos culturas neolíticas, a las que llamó Fayum A y Fayum B. Se pensó que esta última era una cultura degenerada que siguió a Fayum A. Investigaciones más recientes en el Fayum en la década de 1960, por Fred Wendorf y Romuald Schild[11], han identificado a Fayum B como la cultura epipaleolítica Qaruniana, 1 000 años antes de la Neolítica Fayum A. Los Qarunianos eran cazadores-recolectores-pescadores que vivían cerca de la orilla del lago. No hay evidencia que sugiera que estaban experimentando con la domesticación de plantas y animales. Cazaron grandes mamíferos como gacelas, hipopótamos, y la pesca de bagre y otras especies proporcionó una fuente importante de proteínas.

Al igual que en el Fayum A, las herramientas en estos sitios de El Kab son microlíticas, con muchos buriles pequeños (herramientas de piedra con forma de cincel). Las piedras de moler también están presentes. Probablemente se usaron para moler pigmento, aún en evidencia en la piedra, no para procesar cereales u otras plantas silvestres para el consumo. También cazaron mamíferos, como gacelas y ovejas.

Herramientas del Epipaleolítico.[12]

Transición al neolítico

En algunos sitios epipaleolíticos en el Medio Oriente, como Abu Hureyra en Siria y en sitios natufienses en Israel, hay evidencia de culturas de transición que condujeron a importantes inventos del neolítico. Pero tal evidencia, especialmente la transición de cosechar cereales silvestres a cultivar domesticados, falta en Egipto porque las innovaciones de una economía neolítica se introdujeron y no se inventaron allí. Mientras los cazadores-recolectores epipaleolíticos en los sitios natufienses vivían en aldeas permanentes ocupadas durante todo el año, tal evidencia falta en Egipto hasta mucho más tarde, en el Período Predinástico, e incluso entonces la evidencia de aldeas y ciudades permanentes es efímera.

Uno de los misterios más intrigantes del Egipto prehistórico es la transición de la vida paleolítica a la neolítica, representada por la transformación de la caza y la recolección a la agricultura sedentaria. Se sabe muy poco acerca de cómo y por qué ocurrió este cambio. Quizás en ningún lugar esta transición cultural sea más accesible que en la depresión de Fayum. No solo había una vibrante tradición epipaleolítica que vivía a lo largo de la orilla del lago, sino que también se han recuperado algunas de las primeras fechas neolíticas. Pero incluso aquí, el «por qué» y el «cómo» de la transición de la caza y la recolección a un estilo de vida agrícola sedentario siguen siendo difíciles de descifrar.

Bibliografía Principal

Douglas J. Brewer. Ancient Egypt, Foundations of a Civilization (Reino Unido, 2005)

Kathryn A. Bard. Introduction to the Archaeology of Ancient Egypt (2007).


[1] Douglas J. Brewer. Ancient Egypt, Foundations of a Civilization (Reino Unido, 2005), p. 45.

[2] Arqueólogo estadounidense conocido principalmente por su investigación innovadora en el noreste de África.

[3] Brewer op. cit. (1), p. 47.

[4] Este nombre se debe a que los primeros hallazgos de estas herramientas tuvieron lugar en el siglo XIX en los alrededores de Levallois-Perret, una ciudad francesa situada en el departamento de Altos del Sena.

[5] Brewer op. cit. (1), p. 49.

[6] También conocida como Bos Primigenius. Una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Bovidae que incluye a las vacas y toros domésticos.

[7] Arqueólogo de la Katholieke Universiteit Leuven (Bélgica).

[8] Brewer op. cit. (1), p. 52.

[9] Ibídem, p. 55.

[10] Influyente arqueóloga inglesa y una de las primeras mujeres que se dedicaron a esta disciplina.

[11] Profesor del Instituto de Arqueología y Etnología de la Academia de Ciencias de Polonia.

[12] Brewer op. cit. (1), p. 57.