Otro de los planteamientos negacionistas para invalidar los juicios de Núremberg, y con ello, vociferar que el holocausto es una mentira, es que durante los procesos –o durante el proceso principal– hubo una suerte de conspiración por parte del tribunal, la fiscalía y sus testigos, de quienes dicen que la gran mayoría eran judíos que albergaban un odio racial hacia los nazis, para dificultar la defensa de los acusados privando a sus abogados de una adecuada preparación; ocultándole a éstos documentos exculpatorios que los ejércitos aliados habían confiscado durante la guerra; extraviando evidencias; e impidiendo que testigos clave en la defensa de los demandados acudieran a la sala a declarar. Típica visión conspiracionista de los negadores de la shoah, que en no pocas ocasiones tienden a creerse que hay un complot judío mundial para dominar el planeta.

Además de la obra de Richard Harwood[1], Did Six Million Die?,y de los sitios web de los fanáticos negacionistas que copian sus tesis, hasta ahora no he encontrado otro lugar en donde se afirme, y mucho menos se demuestre, que la gran mayoría de personas que conformaban o trabajaban para el tribunal de Núremberg fueran judíos y/o tuvieran una fuerte aversión hacia los nacionalsocialistas –véase que, curiosamente, este supuesto hecho es mucho más difícil de encontrar en sitios web en inglés–, aunque es razonable creer que esto último aplicaba para cualquier judío que, como testigo o parte del ministerio, viviera aquellos procesos.

De lo que sí estoy seguro es de que, con excepción de Robert Falco[2], ninguna de las más importantes figuras del proceso principal de Núremberg, desde el fiscal en jefe Robert H. Jackson hasta Geoffrey Lawrence[3] –quizá el juez más referente de todos– era un judío. De más decir que a estos jueces y fiscales no se les han encontrado antecedentes que expongan que tenían sentimientos de odio y/o venganza hacia los alemanes o nazis, y mucho menos que sus decisiones hayan estado determinadas por dichas emociones. En este sentido, el alegato de que estaban ensañados contra los acusados por motivos raciales –exhibido en metapedia, una «enciclopedia» web que, supuestamente, pretende «dar a conocer la otra cara de la historia»[4]–, me parece a mí, cae en la categoría de disparate.

Junto con parte de la anterior, las aseveraciones de que la preparación de la defensa fue obstaculizada y que a ésta se le negaron documentos justificatorios, utilizadas por Richard Harwood en su controversial libro para dar la idea de que los juicios siempre estuvieron arreglados, son obtenidas por este autor británico –no de forma literal, sino más bien a través de una conveniente deducción– de una entrevista que Charles F. Wennerstrum concedió a Hal Foust, reportero del Chicago Tribune, en febrero de 1948, una vez finalizado el «Juicio de los rehenes»[5] que el mencionado juez debió presidir.

En esta entrevista, de acuerdo con Larry J. Eisenhauer[6], Wennerstrum afirmó que:

El vencedor en cualquier guerra no es el mejor juez de la culpa del crimen de guerra.

La fiscalía no ha logrado mantener la objetividad alejada de la vengativa, alejada de las ambiciones personales para las condenas.

Los juicios debían haber convencido a los alemanes de la culpa de sus líderes. Convencieron a los alemanes simplemente de que sus líderes perdieron la guerra ante duros conquistadores.

Cita Original:

The victor in any war is not the best judge of the war crime guilt.

The prosecution has failed to maintain objectivity aloof from vindictiveness, aloof from personal ambitions for convictions.

The trials were to have convinced the Germans of the guilt of their leaders. They convinced the Germans merely that their leaders lost the war to tough conquerors.[7]

Obsérvese, en contraste, cómo dice Harwood en su libro –al menos en la versión en español de éste– que fueron estas afirmaciones de Wennerstrum:

El juez americano Wennerstrum, presidente de uno de los tribunales de Núremberg, denunció la motivación real de los procesos de Núremberg. Quedó a tal punto desagradado por los procesos, que presentó la renuncia y se volvió a los Estados Unidos, después de haber entregado al Chicago Tribune una declaración en la que enumeraba punto por punto sus objeciones (cf. Mark Lautern, Das Letzte Wort ubre Nürnberg, p.56). He aquí el texto de los puntos 3º a 8º.

3º. Los miembros del Ministerio Público, en lugar de tratar de formular un nuevo principio legal que pudiera servir de guía, se movieron únicamente por ambición personal o deseo de venganza.

4º. El Ministerio Público hizo lo imposible para impedir a los abogados la preparación de la defensa de cada acusado y para que no pudieran producir testimonios ni pruebas de descargo.

5º. El Ministerio Público, dirigido por el General Taylor, hizo lo imposible para impedir que se solicitara a Washington, la remisión de otros documentos poseídos por el gobierno americano.

6º. El 90% de las personas que componían el tribunal estaba prevenido contra los acusados por razones políticas o raciales y favorecía la acusación.

7º. El Ministerio Público hizo lo necesario para que todos los empleos administrativos del Tribunal Militar fueran confiados a americanos recientemente naturalizados, quienes se ingeniaban para crear, en las traducciones, asuntos administrativos, etc., un ambiente hostil a los acusados.

8º. El objetivo real de los procesos de Núremberg fue mostrar a los alemanes los crímenes de su Führer y este objetivo constituía a su vez el pretexto de los procesos… ¡Jamás habría ido a Núremberg de haber sabido siete meses antes lo que pasaba allí![8]

Véase, asimismo, cómo lo dicho por el controvertido historiador británico difiere incluso de lo que los negacionistas suelen utilizar para oponerse a la validez de los procesos de Núremberg –lo expuesto al principio de este capítulo– y, con ello, al holocausto. Para quien se pregunte sobre si Wennerstrum renunció a su cargo en el juicio de los rehenes o no, ya que Harwood y Eisenhauer no se muestran de acuerdo en esto, téngase en cuenta que, a diferencia del primero, Larry, en la investigación citada, hace un recuento mucho más profundo de la vida del ex presidente de la corte suprema de Iowa. Así también, dicha obra no se relaciona en absoluto con la negación o la confirmación del holocausto.

Pero por si lo anterior no fuera suficiente, el mismo Eisenhauer, y la universidad de Iowa en su biografía web sobre Charles Wennerstrum, basados en sus documentos personales que se encuentran en Drake University, Des Moines –donde se tituló en leyes–, afirman que este hombre, en realidad, jamás estuvo en contra de los procesos de Núremberg. La referida institución indica que, durante su entrevista con Hal Foust: «Wennerstrum made it clear that he believed that the defendants had received just punishment, that there was adequate international law upon which to base the judgments, and that the war crimes trials should continue in spite of their shortcomings»[9] (Wennerstrum dejó en claro que creía que los acusados ​​habían recibido un castigo justo, que hubo un derecho internacional adecuado en el que basar las sentencias, y que los juicios por crímenes de guerra deberían continuar a pesar de sus deficiencias).

Eisenhauer, por su parte, nos dice que:

La crítica de Wennerstrum de las circunstancias circundantes, la actitud general de la fiscalía y el tratamiento general de los alemanes no significaba que creía que el sistema en sí era incapaz de emitir un veredicto justo. Más bien, Wennerstrum explicó que su crítica clave era «la manera en que se desarrollaron ciertas situaciones que tienen relación con la aceptación final de los diversos juicios de los Tribunales de Nürnberg por parte del pueblo alemán».

Cita Original:

Wennerstrum’s criticism of the surrounding circumstances, the generally prosecutorial attitude, and overall treatment of Germans did not mean he believed the system itself was incapable of rendering a just verdict. Rather, Wennerstrum explained that his key criticism was «the manner in which certain situations developed which ha[d] a bearing on the final acceptance of the various judgments of the Nürnberg Tribunals by the German people»[10]

No dudo de que muchos negacionistas fanáticos no tengan ni la más mínima idea de la existencia de fuentes que exponen la verdadera postura de Wennerstrum sobre los juicios de Núremberg, pero, respecto a los que sí saben de ellas –entre quienes, de seguro, está Richard Verrall– ¿cómo podemos llamarle a su deliberada indiferencia? En lo personal, esto es parte de lo que hace a estos hombre y mujeres personas tan desagradables, que, concienzudamente, pasen por alto evidencias que refutan sus teorías; pretendiendo al mismo tiempo ser vistos como los verdaderos conocedores de la realidad.

Por otra parte, y a pesar de la dificultad inherente a los juicios –que, después de todo, fueron creados no para someter a los acusados a un debido e imparcial proceso legal sino para demostrar su culpabilidad por la guerra–, el alegato de «defensa obstaculizada» también queda en entredicho a partir de la reconocida brillante defensa de Karl Dönitz llevada a cabo por Otto Kranzbühler. Y es que, si hubiera existido una fuerte conspiración en contra de los abogados defensores para que éstos no pudieran realizar su trabajo, el mencionado juez naval probablemente nunca habría logrado eximir a su cliente del más grave de los cargos que se le imputaban[11].

Imagen 1. Otto Kranzbühler[12]

Como loros, los negadores de la shoah con websites en español repiten constantemente que, una prueba de la «misteriosa pérdida» de evidencias durante los juicios –ocasionada por la fiscalía, supongo–, es el extravío accidental de los mensajes radiofónicos de Hans Fritzsche; unos mensajes que, según ellos, «podían ayudar» a los acusados. La verdad, esta es otra de esas afirmaciones de las que no he podido hallar ninguna fuente, ni encontrar reproducción alguna en ningún sitio de internet en inglés.

Quisiera pensar que quienes emplean esta aseveración para defender sus planteamientos saben que Hans Fritzsche fue uno de esos tres nazis absueltos en el proceso principal de Núremberg, por lo que, al menos él, no necesitó de ningún «mensaje radiofónico» para librarse de los cargos bajo los que se le juzgaba. En cuanto al resto de demandados, no sé qué clase de testimonio, confesión o información podrían haber contenido los supuestos mensajes para determinar su inocencia, más aún sabiendo que ello implicaba contrarrestar pruebas como las firmas de Rudolf Hess[13] y Wilhelm Frick[14] en las leyes de Núremberg de 1935; parte de la evidencia que se usó para acusar a ambos de planificar y ejecutar guerras de agresión y otros crímenes contra la paz.

Imagen 2. Ley para la salvaguardia de la sangre alemana y el honor alemán; las firmas de Frick y Hess son la segunda y la cuarta, respectivamente[15]

Hoy en día, ya después de 70 años y un montón de esfuerzo negacionista, nadie sabe nada de supuestos mensajes radiofónicos ni de, a decir verdad, ninguna otra prueba que los aliados hubiesen ocultado o extraviado a propósito para impedir que se demostrara la inocencia de los nazis.

En relación con la aseveración de que los fiscales aliados impidieron la llegada a los tribunales de Núremberg de testigos que podían comprometerlos, presumo que proviene del texto Not Guilty at Nuremberg de Carlos Whitlock Porter[16], en el que este autor, citando frases y oraciones que se hallan en varias páginas de los volúmenes XXI y XXII de Trial of the major war criminals before the international military tribunal[17] –que fuera de contexto se aprecian como afirmaciones de hechos irregulares en los procesos–, pretende deslegitimar el juicio en contra de las organizaciones criminales del tercer Reich.

Aunque no sería difícil analizar y explicar cada punto expuesto por Porter en su corta creación negacionista, por ahora sólo nos limitaremos al que ya nos referimos antes, que se resume en los siguientes alegatos:

La evidencia de la defensa de las «organizaciones criminales» consiste en el testimonio de 102 testigos y 312,022 declaraciones juradas ante notario.

La «comisión» preparó los «resúmenes» que se presentaron al Tribunal –miles de declaraciones juradas sobre el trato humano a los presos, etc.–. Estos resúmenes no se consideraron como evidencia. El Tribunal prometió leer las 312,022 declaraciones juradas antes de llegar a su veredicto; 14 días después se anunció que las 312,022 declaraciones juradas no eran ciertas.

Luego, se consideró que una sola declaración jurada de la fiscalía, Documento D-973, había «refutado» 136,000 declaraciones juradas de la defensa.

Los 102 testigos fueron obligados a comparecer y declarar ante la «comisión» antes de comparecer ante el Tribunal. Luego, 29 de estos testigos, o 22 de estos testigos pudieron comparecer ante el Tribunal, pero no se permitió que su testimonio fuera «acumulativo», es decir, que repitiera su testimonio ante la «comisión».

Luego, se consideró que seis declaraciones juradas de la fiscalía habían «refutado» el testimonio de los 102 testigos.

Cita Original:

The defense evidence for the «criminal organizations» consists of the testimony of 102 witnesses and 312,022 notarized affidavits.

The «commission» prepared «summaries» which were presented to the Tribunal –thousands of affidavits alleging humane treatment of prisoners, etc–. These summaries were not considered to be in evidence. The Tribunal promised to read the 312,022 affidavits before arriving at their verdict; 14 days later it was announced that the 312,022 affidavits were not true.

Then a single affidavit from the prosecution, Document D-973, was deemed to have «rebutted» 136,000 affidavits from the defense.

The 102 witnesses were forced to appear and testify before the «commission» before appearing before the Tribunal. Then, 29 of these witnesses, or 22 of these witnesses were allowed to appear before the Tribunal, but their testimony was not permitted to be «cumulative», that is, repetitive of their testimony before the «commission».

Then, six affidavits from the prosecution were deemed to have «rebutted» the testimony of the 102 witnesses[18].

Especulando, creo que es posible que una de las razones por las que los negacionistas más notables rara vez utilizan a Carlos Porter y a sus deducciones como padrino y pilares, respectivamente, de sus teorías, –si no se busca bien en la web, será bastante difícil encontrarse con ello– es el hecho de que las primeras consistan en textos parciales extraídos de un documento que en realidad autentifica tanto los juicios de Núremberg como el holocausto. Afirmaciones que, en ningún momento dentro del documento en cuestión, ponen en duda ni la legalidad ni la validez de los procesos, y que a decir verdad no contienen ningún argumento específico ¿Algún negador de la shoah tiene idea de qué cosa de las que se decía en las 312,022 declaraciones juradas probaba la inocencia de los acusados? ¿O de en qué forma los testimonios de los 102 testigos derrumbaban la imagen de los fiscales y del juicio en general? Como ya veremos, no resulta sorprendente que, entre los más destacados y mal llamados «revisionistas» nadie emplee la irregularidad de los 102 testigos y 312,022 declaraciones como una evidencia de la no autenticidad de los juicios de Núremberg; mucho menos que Porter se haya fijado sólo en ella y pasado por alto los cientos de líneas que se oponen con contundencia al planteamiento en cuestión.

Cualquier interesado en el asunto puede darse una vuelta por la página 176 del volumen XXII de Trial of the major war criminals before the international military tribunal para encontrarse con que Sir David Maxwell-Fyfe[19], además de manifestar una de las afirmaciones –la primera de las que se expusieron antes– citadas por Porter en su libro de la siguiente manera –véase en qué contexto la expresa–:

Nadie puede decir que no se les han brindado [a los acusados] todas las oportunidades para su defensa… Se han escuchado 102 testigos ante sus Comisionados, testigos seleccionados por los abogados defensores entre los miles de miembros de las organizaciones disponibles. De estos testigos, los abogados defensores seleccionaron a 20, que han presentado pruebas en este tribunal y que ustedes se han visto y escuchado. Además de este testimonio oral, también ha presentado a usted la sustancia de no menos de 136,213 declaraciones juradas para las SS, 155,000 para los líderes políticos, 2,000 para la Gestapo, 10,000 para la SA y 7,000 para la SD, un total de 310,213. Y también ha presentado ante sus Comisionados otras 1.809 declaraciones juradas en sustancia o en su totalidad, la mayoría de las cuales se encuentran ahora en la transcripción de los procedimientos de los Comisionados

Cita Original:

No one can say hereafter that every opportunity [to defendants] has not been afforded them for their defense… 102 witnesses have been heard before your Commissioners-witnesses selected by Defense Counsel from the many thousands of members of the organizations available… Of these witnesses Defense Counsel have selected 20, who have given evidence in this Court and whom you have seen and heards yourselves. In addition to this oral testimony, you have also had submitted to you the substance of no less than 136,213 affidavits for the SS, 155,000 for the Political Leaders, 2,000 for the Gestapo, 10,000 for the SA and 7,000 for the SD, a total of 310,213. And you have also had presented before your Commissioners another 1,809 affidavits either in substance or in whole, the majority of which are now contained in the transcript of the Commissioners’ proceedings.[20]

También dedica una gran parte de su discurso a demostrar por qué esos 102 testigos y cientos de miles de declaraciones juradas son, en sus propias palabras, falsas: «the evidence which has been given by almost all the witnesses called before your Commissioners is untrue»[21] (la evidencia que ha sido entregada por casi todos los testigos citados ante sus Comisionados no es cierta). Y por supuesto que esta no es la única manera en que se refiere a esto:

La evidencia de todos ellos es la misma. Se les pregunta si sabían de la persecución y aniquilación de los judíos, del temido trabajo de la Gestapo, de las atrocidades dentro de los campos de concentración, del maltrato del trabajo esclavo, de la intención y preparación para librar una guerra agresiva. Del asesinato de valientes soldados, marineros y aviadores. Y ellos responden con «el No eterno».

Cita Original:

The evidence of all of them is the same. They are asked if they knew of the persecution and annihilation of the Jews, of the dread work of the Gestapo, of the atrocities within the concentration camps, of the ill-treatment of slave labor, of the intention and preparation to wage aggressive war, of the murder of brave soldiers, sailors, and airmen. And they reply with «the everlasting No»[22]

Maxwell-Fyfe incluso hace algo que Porter no: hablar del contenido específico de los testimonios de varios de esos testigos, obviamente para dar cuenta de cuán absurdos son: «You will remember Sievers, called for the SS, who denied knowledge of and participation in the experiments on human beings and was presented with a file of his own incriminating correspondence».[23] (Recordará a Sievers, llamado a la SS, quien negó conocer y participar en los experimentos con seres humanos y recibió un archivo de su propia correspondencia incriminatoria).

El segundo de los alegatos «extraídos» por Porter es extrañamente difícil de corroborar, dado que en las páginas en donde afirma que está, no aparece, en absoluto, expuesto de forma literal; parece que Porter más bien lo dedujo de lo que se decía en las páginas en cuestión. Así, dice que: «La “comisión” preparó los “resúmenes” que se presentaron al Tribunal –miles de declaraciones juradas sobre el trato humano a los presos, etc.–. Estos resúmenes no se consideraron como evidencia» a partir de lo que en realidad se expresa en la página 175 de volumen XXI del siguiente modo:

Se ha solicitado al Tribunal que el informe del coronel Neave se ponga a disposición del abogado de la SS. El Tribunal ha solicitado al coronel Neave que prepare para su asistencia los resúmenes de las pruebas de los testigos escuchados ante la Comisión, y un informe que agrupa el testimonio de los testigos ante la Comisión con respecto a los puntos en los que han presentado pruebas. Estos resúmenes y el informe mencionado no forman parte del registro y no tienen ningún valor probatorio otorgado por el Tribunal, que lo tiene ante sí, y considerará la transcripción de toda la evidencia ante la Comisión. El abogado de las organizaciones y el abogado de la fiscalía pueden ver estos documentos y pueden comentarlos en sus argumentos dentro del tiempo permitido hasta ahora, pero el Tribunal no otorgará ninguna demora ni tiempo adicional para discutir con respecto a ellos.

Cita Original:

A request has been made to the Tribunal that the report of Colonel Neave be made available to counsel for the SS. The Tribunal have requested Colonel Neave to prepare for its assistance summaries of the evidence of witnesses heard before the Commission, and a report grouping the testimony of the witnesses before the Commission with respect to the points on which they have given evidence. These summaries and the report mentioned are not parts of the record and are not accorded any evidential value by the Tribunal, which has before it, and will consider, the transcript of the entire evidence before the Commission. Counsel for the Organizations and Counsel for the Prosecution may see these documents and may comment on them in their arguments within the time heretofore allowed, but the Tribunal will not grant any delay or any additional time for argument with regard to them.[24]

No creo que sea necesario hacer ver la enorme distancia que hay entre lo que, según Porter, el tribunal dice en la página 175 del volumen XXI, y lo que éste de verdad manifiesta. Por otra parte, no tengo ni la más mínima idea de dónde sacó que el tribunal prometió leer las más de 300,000 declaraciones juradas antes de llegar a un veredicto –en este punto no hay nada que indique que no las haya leído ya–, puesto que en las fuentes que coloca en su texto para sustentar esta afirmación no aparece nada relacionado. Lo de los 14 días que transcurrieron entre la anterior supuesta «promesa» y la decisión de que todas las declaraciones eran falsas, Porter seguramente lo dice porque la fecha de lo expresado en la página 175 del volumen XXI es: 15 de agosto de 1946, y la fecha de lo que se manifiesta en la página 176 del volumen XXII es: 29 de agosto de 1946; con todo, a Porter se le pasa por alto –o tal vez lo ignora a conveniencia–, que quien dice que los affidavits no son verdaderos, es David Maxwell-Fyfe, no el tribunal.

Lo de que un solo documento usado como evidencia por parte de la fiscalía refutara 136,000 declaraciones juradas no es una sentencia que los tribunales hayan emitido en ningún momento, sino más bien una observación que Horst Pelckmann[25] hizo como parte de su defensa: «This affidavit [D-9731] cannot affect the value of the SS members»[26] (Esta declaración jurada [D-9731] no puede afectar el valor de las de los miembros de la SS). Como ya vimos, y como puede ver cualquier persona que lea la transcripción de los juicios con mínima atención, los fiscales no se limitaron a utilizar sólo un affidavit para rebatir todas las declaraciones y testigos presentados como pruebas por la defensa, a decir verdad, esto lo afirma de un modo bastante claro Sir Geoffrey Lawrence, que ejercía de presidente de este juicio, cuando dice que: 

Gran parte de las pruebas presentadas ante el Tribunal en nombre de la Fiscalía eran pruebas documentales, capturadas por los ejércitos aliados en el cuartel general del ejército alemán, edificios gubernamentales y otros lugares. Algunos de los documentos fueron encontrados en minas de sal, enterrados en el suelo, escondidos detrás de falsos muros y en otros lugares donde se cree que están a salvo del descubrimiento. Por lo tanto, el caso contra los demandados se basa en gran medida en documentos de su propia creación, cuya autenticidad no ha sido impugnada, excepto en uno o dos casos.

Cita Original:

Much of the evidence presented to the Tribunal on behalf of the Prosecution was documentary evidence, captured by the Allied armies in German army headquarters, Government buildings, and elsewhere. Some of the documents were found in salt mines, buried in the ground, hidden behind false walls and in other places thought to be secure from discovery. The case, therefore, against the defendants rests in a large measure on documents of their own making, the authenticity of which has not been challenged except in one or two cases.[27]

Luego, en ninguna parte se puede apreciar tampoco que los 102 testigos de la defensa hayan sido «forzados» a testificar ante la comisión, y, de hecho, de acuerdo con las palabras de David Maxwell, el grupo de éstos que apareció ante los tribunales fue elegido por la misma defensa. Dicha reducción además se llevó a cabo, en palabras de Lawrence: «in order to have an expeditious hearing, in accordance with Article 18(c) of the Charter»[28] (Para tener una audiencia expedita, de conformidad con el Artículo 18 (c) de la carta). En cuanto al número de testigos de los referidos 102 que declararon ante el tribunal, ya vimos que Maxwell-Fyfe indicó que habían sido 20; que Lawrence haya dicho: «The Tribunal itself heard 22 witnesses for the organizations»[29] (El propio tribunal escuchó 22 testigos para las organizaciones), y que Pelckmann haya expresado:

Aunque la Fiscalía tuvo muchas semanas para examinar sus registros y los de todos los aliados, registros que han existido durante meses, o incluso años, y aunque estos 29 testigos, que comparecieron ante la comisión y ante el tribunal, ocuparon cargos medios, altos y supremos, la Fiscalía no pudo probar nada semejante contra ellos.

Cita Original:

Although the Prosecution had many weeks to examine its records and those of all the Allies, which records had existed for months, or even years, and although these 29 witnesses before the Commission and before the Tribunal had held medium, high, and supreme positions, the Prosecution could not prove any such thing against them.[30]

No pone en entredicho para nada la cifra de los 20, específicamente debido a que ni Lawrence ni Pelckmann indican que sus números de 22 y 29, respectivamente, se refieran a la cifra de 102 testigos.

Sobre la prohibición de «repetitividad» aludida por Porter, viendo las mismas páginas que él cita, ésta no aplica para los testimonios de los testigos que finalmente comparecieron ante el tribunal, sino para los argumentos de los abogados defensores; y la razón de ello, pues, no es muy complicado deducirla. Podemos ver cómo Lawrence prueba esto diciéndole –supongo que en tono de regaño– a Rudolf Merkel[31] lo siguiente:

Usted escuchó lo que le dije al Dr. Servatius, que el tribunal no quería volver a escuchar lo mismo que aparece en la transcripción de los procedimientos ante los comisionados. Todo se aclaró perfectamente con el Dr. Servatius, y se le explicó en su audiencia que no podemos tener todas estas cosas en nuestra mente y que es inútil revisarlas dos veces, a menos que exista un asunto de gran importancia respecto a lo que desee llamar nuestra atención antes de pronunciar su discurso final; y lo dije antes y no quiero tener que repetirlo.

Cita Original:

You heard what I said to Dr. Servatius[32], that the Tribunal did not want to hear the same thing over again that appears in the transcript of the proceedings before the Commissioners. It was all gone into perfectly clearly with Dr. Servatius, and it was explained to him in your hearing that we cannot carry all these things in our minds and that it is useless to go over them twice unless there is some matter of very great importance which you want to draw our attention to before you make your final speech; and I said that before and I don’t want to have to say it again.[33]

Una vez más, el tribunal jamás sentencia, ni considera, que 6 declaraciones juradas hayan rebatido los testimonios de 102 testigos de la defensa, y lo único que se dice más o menos similar a esta afirmación, es, por boca de David Maxwell, lo siguiente: «Of these six affidavits, I have kept four and that covers, I think, the principal allegations»[34] (De estas seis declaraciones juradas, he mantenido cuatro y que cubren, creo, las principales acusaciones).

Si existiera una categorización formal, por nivel de calidad investigativa, de los negacionistas del holocausto, yo ubicaría a Carlos W. Porter entre las más bajas, ahí junto a los más fanáticos y crédulos, ésos cuyos argumentos desanimarían hasta al más representativo de esta tendenciosa corriente de ideas.

Imagen 3. Sir David Maxwell-Fyfe (izquierda)[35]

[1] Su verdadero nombre es Richard Verrall. Historiador y político británico, ex vicepresidente del Frente Nacional Británico. Bajo el nombre de Richard E. Harwood, Verrall escribió el folleto ¿Murieron seis millones realmente?

[2] Juez francés que actuó como magistrado suplente en representación de Francia en el juicio de Núremberg en contra de los principales criminales nazis. Nació en el seno de una familia judía.

[3] Juez principal de la Gran Bretaña y presidente del tribunal durante los Juicios de Núremberg.

[4] Metapedia. Metapedia; Contenido. https://es.metapedia.org/wiki/Metapedia

[5] Proceso en el cual se persiguió la responsabilidad del alto mando alemán por las masacres y graves violaciones a las leyes de la guerra durante la campaña de los Balcanes.

[6] Ex juez del Tribunal de Apelaciones de Iowa desde el 2001 hasta el 2013. Egresado de la misma universidad en la que Wennerstrum se graduó en 1912.

[7] Larry J. Eisenhauer. From Nuremberg to Kosovo—two Iowa judges step outside their jurisdiction to promote international law (2007), p. 326.

[8] Editorial AAARGH. ¿Murieron realmente 6 millones? (2005), p. 17.

[9] The University of Iowa. The biographical dictionary of Iowa; University of Iowa Press Digital Editions. http://uipress.lib.uiowa.edu/bdi/DetailsPage.aspx?id=404

[10] Eisenhauer op. cit. (7), p. 328.

[11] El de conspiración para cometer crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

[12] Alchetron. Otto Kranzbühler. https://alchetron.com/Otto-Kranzb%C3%BChler

[13] Miembro destacado del Partido Nazi (NSDAP). Nombrado diputado del Führer Adolf Hitler en 1933, Hess se desempeñó en esa posición hasta 1941.

[14] Ministro del Interior del Tercer Reich en el Gabinete de Hitler desde 1933 hasta 1943. Último gobernador del protectorado de Bohemia y Moravia

[15] The Nuremberg Laws. Archives Receives Original Nazi Documents That «Legalized» Persecution of Jews. https://www.archives.gov/publications/prologue/2010/winter/nuremberg.html

[16] Negacionista estadounidense conocido por sus libros: Made in Russia: The Holocaust y Not Guilty at Nuremberg; este último se puede encontrar aquí: http://www.jrbooksonline.com/PDF_Books_added2009-4/notguilty.pdf

[17] Registro oficial del juicio de los principales líderes civiles y militares de la Alemania nazi que fueron acusados ​​de crímenes de guerra.

[18] Carlos W. Porter. Not Guilty at Nuremberg, The German Defense Case (1977), p. 7.

[19] Fiscal británico en los juicios de Núremberg.

[20] Trial of the major war criminals before the international military tribunal (IMT) Volume XXII (Nuremberg, 1948), p. 176.

[21] Ídem.

[22] Ibídem, p. 178.

[23] Ibídem, p. 176.

[24] Trial of the major war criminals before the international military tribunal (IMT) Volume XXI (Nuremberg, 1948), p. 176.

[25] Abogado defensor de las SS.

[26] Trial before IMT V. XXI op. cit. (24), p. 588.

[27] Trial before IMT V. XXII op. cit. (20), p. 413.

[28] Ídem.

[29] Ídem.

[30] Trial before IMT V. XXI op. cit. (24), p. 586.

[31] Abogado defensor para la Gestapo.

[32] Abogado defensor del cuerpo de líderes políticos.

[33] Trial before IMT V. XXI op. cit. (24), p. 288.

[34] Ibídem, p. 153.

[35] Wikipedia. David Maxwell Fyfe and another. https://en.wikipedia.org/wiki/File:David_Maxwell_Fyfe_and_another.jpg