Rimush y Manishutusu
Cuando Sargón murió fue sucedido por su hijo Rimush –2279-2271 a. C. –, que siguió de cerca las políticas de su padre. Las ciudades se rebelaron después de la muerte de Sargón, y Rimush pasó los primeros años de su reinado restaurando el orden. Hizo campaña contra Elam, a quien derrotó, y afirmó en una inscripción que traería grandes riquezas a Acad. Gobernó sólo por nueve años antes de morir y fue sucedido por su hermano Manishutusu (2271-2261 a. C.). Algunos especulan que éste provocó la muerte de su consanguíneo sólo para alcanzar el trono.

La historia se repitió después de la muerte de Rimush, y Manishutusu tuvo que sofocar revueltas generalizadas en todo el imperio antes de empezar a gobernar sus tierras. Aumentó el comercio y, según sus inscripciones, participó en el comercio a larga distancia con Magan y Meluhha –que se cree que es el alto Egipto y Sudán–. También realizó grandes proyectos de construcción en todo el imperio y ordenó el levantamiento del templo de Ishtar en Nínive, que se considera una pieza de arquitectura muy impresionante. Además, emprendió una reforma agraria y, por lo que se sabe, mejoró el imperio de su padre y hermano. El obelisco de Manishutusu, que describe la distribución de parcelas de tierra, se puede ver hoy en el Museo del Louvre, en París.
Manishutusu parece haber librado una batalla naval contra 32 reyes que se habían reunido contra él y tomaron el control de su país, en la parte que hoy consiste en los Emiratos Árabes Unidos y Omán. A pesar del éxito, al igual que su hermano, parece haber sido asesinado en una conspiración de palacio.
Naram-Sin, el más grande de los reyes acadios
Manishutusu fue sucedido por su hijo Naram-Sin, que reinó desde el 2261 hasta 2224 a. C. Al igual que su padre y su tío antes que él, Naram-Sin tuvo que reprimir las rebeliones en todo el imperio antes de que pudiera comenzar a gobernar, pero, una vez que comenzó, el imperio floreció bajo su reinado. Se le considera el rey acadio más importante después de su abuelo y, junto con éste, se convirtió en una figura casi mítica en la leyenda y la historia mesopotámicas. Su reinado marcó el apogeo de la dinastía sargónica y, después de su muerte, el imperio comenzó a desmoronarse.

En los 36 años que gobernó, este monarca expandió los límites del imperio, mantuvo el orden dentro, aumentó el comercio y personalmente hizo campaña con su ejército más allá del Golfo Pérsico y, posiblemente, incluso a Egipto. La estela de la victoria de Naram-Sin celebra la victoria del monarca acadio sobre Satuni, rey de los Lullubi, y ésta lo representa subiendo una montaña y pisoteando los cuerpos de sus enemigos a imagen de un dios. Al igual que su abuelo, se proclamó a sí mismo «rey de los cuatro cuartos del universo» pero, en un movimiento más audaz, comenzó a designarse como un dios en pie de igualdad con cualquiera en el panteón mesopotámico. El sumerólogo Samuel Noah Kramer describe a Naram-Sin de la siguiente forma:
Elevó a Acad a nuevas alturas de poder y gloria… Sus éxitos militares fueron numerosos y prodigiosos: derrotó a una poderosa coalición de reyes rebeldes de Sumer y las tierras circundantes; conquistó la región hacia el oeste hasta el mar Mediterráneo y las cordilleras de Tauro y Amanus; extendió su dominio a Armenia y erigió su estatua de la victoria cerca de la moderna Diyarbakir; luchó contra los Lullubi en el norte de Zagros y conmemoró su victoria con una magnífica estela; convirtió a Elam en un estado vasallo parcialmente semita y construyó numerosos edificios en Susa; trajo botín de Magan después de derrotar a su rey Manium, a quien algunos eruditos han identificado con el renombrado Menes de Egipto. No es de extrañar que se sintiera lo suficientemente poderoso como para agregar el epíteto «rey de los cuatro cuartos» a su título y que fuera lo suficientemente presuntuoso como para ser deificado como «el dios de Acad».[3]
Naram-Sin también registró la conquista acadiana de Ebla, así como de Armani y su rey[4]. Para controlar mejor a Siria, construyó una residencia real en Tell Brak, una encrucijada en el corazón de la cuenca del río Jabur de Jezirah. Fuentes hititas afirman que este rey incluso se aventuró en Anatolia, luchando contra los reyes hititas y hurritas Pamba de Hatti, Zipani de Kanesh y otros 15.
Durante el gobierno de este monarca la economía estaba muy planificada. Se limpió el grano y se distribuyeron raciones de grano y aceite en recipientes estandarizados hechos por los alfareros de la ciudad. Se pagaron impuestos sobre los productos y la mano de obra en las paredes públicas, incluidos los muros de la ciudad, los templos, los canales de riego y las vías fluviales, produciendo enormes excedentes agrícolas.
A pesar de su gran reinado, las generaciones posteriores lo asociarían con la maldición de Agadé, un texto literario atribuido a la Tercera Dinastía de Ur, pero que podría haber sido escrito antes. Se relata en la fascinante historia el intento de un hombre de obtener una respuesta de los dioses por la fuerza, y ese hombre es Naram-Sin. Según el texto, el gran dios sumerio Enlil retiró su placer de la ciudad de Acad y, al hacerlo, prohibió a los otros dioses entrar en la ciudad y bendecirla por más tiempo con su presencia. Naram-Sin no sabe lo que pudo haber hecho para incurrir en este desagrado y pide señales y presagios, cae en una depresión de siete años mientras espera la respuesta del dios. Finalmente, cansado de esperar, enlista a su ejército y marcha hacia el templo de Enlil en E.kur[5] en la ciudad de Nippur, que destruye. Él, según la antropóloga Gwendolyn Leick «pone sus espadas contra sus raíces, sus hachas contra los cimientos hasta que el templo, como un soldado muerto, cae postrado»[6]. Este ataque, por supuesto, provoca la ira no sólo de Enlil sino también de los otros dioses, que envían a los Guti, «un pueblo que no conoce inhibición, con instintos humanos, pero inteligencia canina y con rasgos de mono»[7], a invadir Acad. Hay una hambruna generalizada después de la invasión de esta tribu, los muertos siguen pudriéndose en las calles y casas, y la ciudad está en ruinas y, según el relato, termina la ciudad de Acad y el Imperio acadio, víctima de la arrogancia de un rey frente a los dioses.
Sin embargo, no existe ningún registro histórico de que Naram-Sin haya reducido el E.kur en Nippur por la fuerza, y se cree que «La maldición de Agadé» fue una pieza escrita mucho más tarde para expresar, de acuerdo con Leick, «una preocupación ideológica por la relación correcta entre los dioses y el monarca absoluto»[8], cuyo autor eligió a Acad y Naram-Sin como sujetos debido a su estatus legendario.
La decadencia de Acad
Naram-Sin murió presumiblemente por causas naturales, y fue sucedido por su hijo Sharkalisharri, quien reinó entre 2223 y 2198 a. C. El reinado de éste comenzó como el de sus predecesores, ya que él también tuvo que hacer un gran esfuerzo para sofocar revueltas. Claro que a diferencia de éstos parecía no tener la capacidad de mantener el orden y no pudo evitar más ataques al imperio desde afuera. Leick escribe que: «A pesar de sus esfuerzos y exitosas campañas militares, no pudo proteger su estado de la desintegración y, después de su muerte, las fuentes escritas se agotaron en un momento de mayor anarquía y confusión»[9].
Curiosamente, se sabe que «su proyecto de construcción más importante fue la reconstrucción del Templo de Enlil en Nippur» y tal vez este evento, junto con la invasión de los gutianos y la hambruna generalizada, dio lugar a la leyenda posterior que se convirtió en La maldición de Agadé. Sharkalisharri libró una guerra casi continua contra los elamitas, los amorreos y los gutianos invasores, aunque es la invasión gutiana a la que más comúnmente se atribuye el colapso del Imperio Acadio y la edad oscura mesopotámica. Sin embargo, estudios recientes afirman que lo más probable es que el cambio climático haya causado la hambruna y, tal vez, la interrupción del comercio, debilitando el imperio hasta el punto de que el tipo de invasiones y rebeliones que, en el pasado, fueron aplastadas, ya no podían ser destruidas tan fácilmente. Los dos últimos reyes de Acad después de la muerte de Sharkalisharri, Dudu y su hijo Shu-Turul, gobernaron solo el área alrededor de la ciudad y rara vez se mencionan en asociación con el imperio.

El imperio de Acad cayó quizás en el siglo 22 a.C., dentro de los 180 años de su fundación, dando paso a una «Edad Oscura» sin autoridad imperial prominente hasta la Tercera Dinastía de Ur. En este lapso la estructura política de la región puede haber vuelto al status quo de la gobernanza local por parte de las ciudades-estado.
Shu-Turul parece haber restaurado alguna autoridad centralizada en su momento, sin embargo, no pudo evitar que el imperio finalmente se derrumbara por la invasión de los pueblos bárbaros de las montañas Zagros conocidos como los gutianos.
Poco se sabe sobre el período gutiano, o cuánto tiempo duró. Fuentes cuneiformes sugieren que la administración de esta tribu mostró poca preocupación por mantener la agricultura, los registros escritos o la seguridad pública; supuestamente liberaron a todos los animales de granja para deambular libremente por Mesopotamia y pronto provocaron la hambruna y los precios vertiginosos de los granos.
Bibliografía Principal
Joshua J. Mark, Ancient History Encyclopedia. Akkad (abril, 2011). https://www.ancient.eu/akkad/
Joshua J. Mark, Ancient History Encyclopedia. Sargon of Akkad (septiembre, 2009). https://www.ancient.eu/Sargon_of_Akkad/
Joshua J. Mark, Ancient History Encyclopedia. Naram-Sin (agosto, 2014). https://www.ancient.eu/Naram-Sin/ Wikipedia. Akkadian Empire.
[1] Wikimedia Commons. Head of a ruler ca 2300 2000 BC Iran or Mesopotamia Metropolitan Museum of Art. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Head_of_a_ruler_ca_2300_2000_BC_Iran_or_Mesopotamia_Metropolitan_Museum_of_Art.jpg
[2] Wikimedia Commons. Victory stele of Naram Sin 9068. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Victory_stele_of_Naram_Sin_9068.jpg
[3] Samuel Noah Kramer. The Sumerians, p. 62.
[4] Otto Adelheid. Archeological Perspectives on the Localization of Naram-Sin’s Armanum, p. 1-26.
[5] Literalmente significa: «Casa en la montaña», y se refiere al templo situado en Nippur donde se veneraba a Enlil.
[6] Gwendolyn Leick. Mesopotamia / Mesopotamia/ The Invention of the City, p. 106.
[7] Ídem.
[8] Ibidem, p. 107.
[9] Ibídem, p. 159.
[10] https://en.wikipedia.org/wiki/File:The_Gutians_capturing_a_Babylonian_city.jpg