Otras «pruebas» que a los negacionistas les encanta utilizar para afirmar la imposibilidad de una masacre de judíos en Babi Yar, son un par de fotos aéreas tomadas por la Luftwaffe[1] el 26 de septiembre de 1943, –siguiendo aquí la «investigación» hecha por John Ball en su Air Photo Evidence– y aun una completa de Kiev de la misma fecha, para evitar que quienes aceptan la historia oficial argumenten que las primeras están incompletas y que, por tanto, los análisis de Ball no son ni completos ni objetivos.


A partir de análisis superficiales de estas imágenes, los negadores de la shoah argumentan, en esencia, que dado que en ellas no se puede observar ningún rastro de fosas comunes –que, para la fecha, según los testimonios de quienes se encargaron de exhumar y quemar los cuerpos de los fallecidos, ya debían haberse hecho, pues el 6 de noviembre la ciudad sería liberada por el ejército rojo[5]–, ni de alteración en el paisaje de la que se pueda deducir que en algún punto de él ha tenido lugar un incendio, un entierro masivo de cadáveres, o la acción de excavadoras, la historia de la matanza de Babi Yar en la que mueren poco más de 33 000 judíos es una absoluta mentira.
Es curioso que estas fotografías, siendo «evidencias» tan «contundentes», según los negacionistas, de que la masacre de judíos en Babi Yar nunca ocurrió, estén disponibles para el público tanto en el Yad Vashem como en los Archivos Nacionales y Administración de Documentos (NARA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, organizaciones que dependen –en el caso de esta última– o tienen muy buenas relaciones –la primera– con los gobiernos de dos países que, además de mostrarse como grandes aliados, siempre han sido defensores de la historia oficial del holocausto ¿Habrá sido acaso un descuido de los directores de las mencionadas instituciones? ¿No es esto incoherente con la idea negacionista de que el holocausto es un montaje por parte de los aliados para pisotear la valerosidad del digno pueblo alemán y sus heroicos dirigentes nazis?
Desde mi perspectiva de las cosas, lo anterior, aunado al burdo razonamiento que utilizan los negacionistas para afirmar que las fotos aéreas antes mostradas de un apacible Kiev en 1943 prueban que los ametrallamientos llevados a cabo por los Einsatzgruppen son un mito, constituyen una clara demostración de la poca o nula objetividad –más aún, de la indiscutible tendenciosidad– que tienen las supuestas investigaciones de estos falsos revisionistas de la historia. Por ello, así como por las deducciones del tipo: «si nunca se encontró una orden firmada por Hitler para exterminar judíos, quiere decir que él no era un antisemita y que el holocausto es un mito», que son de la misma familia de «la perfección y complejidad del cuerpo humano prueban que éste fue creado por un ser divino» y otras más, es que los negacionistas del holocausto, junto a los del cambio climático, los de la teoría de la evolución, los de la redondez del planeta tierra, los del VIH y un largo etcétera, se hacen merecedores del calificativo que los define. Ya lo dice Mauricio Schwarz en uno de sus videos publicados en la red social Youtube: «el negacionista tiene la tendencia, por ejemplo, a seleccionar los datos que le convienen, y a rechazar aquellos que no le convienen, lo que se llama cherry picking o [falacia de la] evidencia incompleta»[6].
No hay que ser un genio para darse cuenta de que las fotografías en las que se sustentan quienes pretenden negar Babi Yar no son evidencias de absolutamente nada, pueden indicar tanto que no había ninguna fosa de cadáveres incinerados, como que las había, pero estaban lo suficientemente bien escondidas para no ser notadas; que no había ningún muerto, como que en la ciudad ya no quedaba nadie vivo; que no habían entrado en mucho tiempo camiones de ningún tipo con el material necesario para quemar miles de cadáveres en un corto período, como que lo habían hecho sin dejar ningún rastro apreciable desde las alturas; que no habían más de 300 trabajadores encargados de exhumar y achicharrar cadáveres, como que sí los había, pero se encontraban debajo de los árboles tomando un descanso, o almorzando. En particular, esa sombra que se observa dentro del famoso barranco, que ni siquiera permite diferenciar de un modo claro la forma de éste, hace que sea muy poco probable saber qué había dentro. Tal vez no había nada, tal vez estaban los restos de más de 100 000 personas quemadas, quizá sólo ardillas y roedores, de cualquier manera, es imposible dilucidarlo a través de las imágenes que Ball emplea para su «estudio».
Un buen ejercicio para los negacionistas –uno que nadie nunca ha hecho, vale precisar–, que, al menos en cuanto a la negación de lo ocurrido en Babi Yar a través de fotos aéreas, quizá le abra los ojos a más de uno, o les brinde algo de credibilidad a sus grotescos planteamientos, sería exponer cómo deben verse las fosas de cadáveres quemados y/o los rastros de exhumaciones e incineraciones masivas desde las alturas. Apuesto a que, si Ball hubiera hecho esto, sus «teorías» habrían sido algo más respetables.
A lo anterior podemos agregarle que, de acuerdo con declaraciones de Vladimir Davydov, sobreviviente del Sonderkommando, el 25 y 26 de septiembre las actividades de quema de cuerpos ya casi habían finalizado, y se estaba en la fase de desmantelar el camuflaje, nivelar la tierra y construir una última pira[7] –que probablemente serviría para desaparecer a los integrantes del Sonderaktion 1005–, lo que, considerando su testimonio como cierto, da cuenta hasta cierto punto de por qué no se observa ninguna columna de humo en las fotografías de las imágenes 20 y 21.
Es común dar con negacionistas que utilizan a John Ball y su «investigación» como uno de los pilares de sus planteamientos; y que además se jactan de lo incuestionable de sus conclusiones a partir del reto de 100 000 dólares que éste lanzó en su página web, para quien pudiera rebatir sus teorías[8], y que, según ellos, nadie fue capaz de aceptar. La verdad, y para desgracia de estos falsos revisionistas, es que hoy en día ya se da por sentado que Ball era un amateur en los análisis de fotografías, y que tenía un limitado conocimiento de la historia cuando su obra salió a la luz en 1992 –sino pregúntesele a cualquier negacionista con un tanto más de conocimientos–; así lo han puesto en evidencia verdaderos expertos como Nevin Bryant y Carroll Lucas, con informes y/o estudios detallados que echan por tierra la principal conclusión de Ball en Air Photo Evidence, ésa que habla de la manipulación de las fotos aéreas de las cámaras de gas de Auswitzch-Birkenau, tomadas por los aliados en 1944, y con la que pretendió exponer evidencias del supuesto complot mundial que hay para hacer creer a la gente la versión oficial del holocausto, y de que éste es una mentira.
Jamie McCarthy, en su artículo John Ball: Air Photo Expert?[9]; Hans Metzner en su John Ball’s Air Photo Evidence on Auschwitz[10]; y John Morris en John Ball’s $100,000 Challenge: Where is John Ball?[11], ofrecen interesantes detalles –e incluso anécdotas, como el rechazo de Ball para ser testigo de la defensa en el famoso proceso contra Ernst Zündel entre 1985 y 1988 en Canadá– de cómo y por qué la obra del geólogo canadiense en realidad no aporta nada a la causa negacionista. En cuanto a su supuesto desafío monetario de USD 100 000, el mencionado Morris pone en entredicho su autenticidad relatando cómo no recibió respuesta de Ball después de intentar varias veces hacerse cargo de él.
Sin embargo, uno podría especular sobre las razones por las cuales Ball no respondió, dos meses y medio me parece que es más que suficiente tiempo invertido en intentos infructuosos para obtener cualquier respuesta. Si John Ball toma en serio su desafío, al menos debería reconocer los intentos de responderlo. Si no habla en serio, debería eliminar el desafío de su página web.
En su lugar, Ball se niega a responder cualquier correo electrónico de mí o de otros. Quizás deberíamos tener en cuenta la posibilidad de que Canada Post cometió un error al marcar la segunda carta en el apartado de correos anunciado «Movido, dirección desconocida». Los servicios postales cometen errores, incluso en el correo certificado. Pero parece que John Ball ha abandonado el apartado de correos, aunque todavía está anunciado en su página web. ¿Qué se puede hacer de un desafío que no puede aceptarse porque no se puede contactar a su autor?
…Michael Shermer, quien organizó el análisis de Nevin Bryant, le ofreció a Ball la oportunidad de responder a Bryant mucho antes de que los $ 100 000 aparecieran en la página web de Ball. La única respuesta de Ball parece haber sido emitir su desafío. Ciertamente, la página web en sí no ha sido alterada para reconocer el análisis de Bryant más de lo que ha sido alterada para reflejar la aparente falta de voluntad de Ball de aceptar, y mucho menos reconocer, nuestra oferta para asumir su desafío. Naturalmente, nos llevan a cuestionar la autenticidad de la recompensa de $ 100 000.
Original:
However one might speculate on the reasons for Ball’s failure to respond, two and a half months seems to me to be more than enough time spent on fruitless attempts to garner any response at all. If John Ball is serious about his challenge, he should at least acknowledge the attempts to answer it. If he is not serious, then he ought to remove the challenge from his web page.
Instead, Ball refuses to answer any e-mail from myself or others. Perhaps we should allow for the possibility that Canada Post erred in marking the second letter to the advertised post office box «Moved, Address unknown». Postal services do make mistakes, even on registered mail. But it seems as if John Ball has abandoned the post office box, even though it is still advertised on his web page. What is one to make of a challenge that cannot be accepted because its author cannot be contacted?
…Michael Shermer, who arranged for Nevin Bryant’s analysis, offered Ball the opportunity to answer Bryant well before the $100,000 ever appeared on Ball’s web page. Ball’s sole response seems to have been to issue his challenge. Certainly the web page itself has not been altered to acknowledge Bryant’s analysis any more than it has been altered to reflect Ball’s apparent unwillingness to accept, much less to acknowledge, our offer to take up his challenge. Naturally, we are led to question the genuineness of the $100,000 reward.[12]
Con todo, los tantos errores de Air Photo Evidence que ya han sido puestos al descubierto, la completa refutación de sus planteamientos desde el mundo académico, y la ya demostrada incompetencia de Ball, no han sido elementos suficientes para que los negadores de la shoah, haciendo honor a su calificativo, dejen de recurrir a John y a su obra con el propósito de alegar que hay fotos aéreas que dan cuenta de que la masacre de Babi Yar, y todo el holocausto, son una mentira. En cierto sentido así lo hicieron, por ejemplo, Germar Rudolf y Carlo Mattogno contribuyendo a la tercera edición de ésta que salió a la luz en el 2015, en la que por supuesto pasaron por alto todos los errores evidenciados por expertos en las 2 primeras; algo que muy probablemente no hubiera hecho un investigador serio.
Otra cuestión que resulta bastante curiosa de la negación de lo ocurrido en Babi Yar mediante fotos aéreas, es que los negacionistas desechen otras fotografías que se utilizan como pruebas de dicha masacre, y que obviamente provienen de la misma fuente.




¿Por qué los negacionistas aceptan como pruebas «irrefutables» las fotografías que, en apariencia, sostienen sus ideas, y desechan las que no como viles montajes o falsificaciones? En términos generales, ésta es una pregunta que todo conocedor de la historia se hace, y diría que su respuesta se halla tanto en la poca seriedad investigativa de estas personas, como en sus perspectivas de la sociedad, ésas que probablemente les han hecho acobijar posturas antisemitas, conspiracionistas y antisistema.
En contraste con los razonamientos utilizados por quienes niegan el holocausto, las imágenes anteriores de Babi Yar no se usan como pruebas determinantes de este evento, ellas lo evidencian en tanto concuerdan con documentos encontrados y con los testimonios de testigos y prisioneros.
Otros argumentos negacionistas
Todavía quedan algunos alegatos negacionistas, mucho menos elaborados que los anteriores, con los que se pretende impugnar la masacre de Babi Yar; como, por ejemplo, la supuesta carencia de pruebas físicas en forma de restos –de cuerpos humanos, supongo– en las fosas comunes; en cierto sentido bastante relacionado con el de la ausencia de una investigación forense.
Por los motivos que ya hemos expuesto, encontrar restos humanos en Babi Yar es una tarea imposible en la actualidad, y lo ha sido prácticamente desde que los soviéticos decidieron rellenar el barranco y, en especial, construir edificaciones sobre él. Aun así, la afirmación de que nunca se ha encontrado evidencia física es errónea, a menos claro que se considere un invento lo expuesto por la comisión estatal extraordinaria soviética en su informe de 1944 sobre lo ocurrido en Kiev: «encontramos numerosos restos de los cuerpos quemados, prendas y huesos… los asesinatos masivos en Kiev de la población civil rusa tuvieron un alcance sin precedentes… el número de víctimas ascendió a varias decenas de miles de hombres, mujeres y niños»[17]. La imagen 4, por cierto, muestra a esta comisión visitando el barranco de Babi Yar.
Luego, hay otro alegato negacionista, muy poco común, a decir verdad, según el cual es absurdo que los soviéticos construyeran un vertedero de basura sobre el lugar donde, según ellos –supongo que a través de la comisión estatal– se cometieron crímenes contra miles de personas, mucho menos sabiendo que allí también murieron soviéticos durante la denominada gran guerra patriótica. Esta «inconsistencia», que se pretende usar como evidencia de que la versión oficial de lo ocurrido en Babi Yar es mentira, sólo la he encontrado en la página web de metapedia, y me parece que ello ya es un indicador del sinsentido que implica.
Que no se comprenda por qué los soviéticos hicieron de Babi Yar un basurero –o una presa, o cualquier otra cosa– no significa que no haya ocurrido nada en dicho barranco, y se debe únicamente a una falta de información sobre el asunto –tal vez ignorada a consciencia–, que queda zanjada si consideramos la relación que el partido comunista hacía entre judíos, sionismo y Norteamérica; su consecuente deseo de restringir la influencia occidental dentro de la Unión; y, de por sí, su enorme control sobre la sociedad. Exaltar a los judíos –que en muchos casos eran tenidos como sirvientes de USA–, en definitiva, no hubiera sido algo propio de la URSS, en especial por el antisemitismo latente, a veces manifiesto, que había en algunas de sus comunidades, entre ellas precisamente Kiev. De aquí que alterar Babi Yar no haya sido nada demasiado extraño.
Finalmente, hay negadores de la shoah que, con actitud engreída, les dicen a quienes hablan sobre la masacre de Babi Yar, que las únicas pruebas que se tienen de este suceso son algunos zapatos y harapos. En este punto, creo que ya queda claro que no es así; que hay muchísimas otras pruebas, y que la cantidad de zapatos y harapos es tanta, que es un error referirse a dichos objetos como «algunos».
[1] Fuerza aérea de la Alemania nazi.
[2] Holocaust Encyclopedia, Collections. An aerial photograph of the Babi Yar ravine taken by the German air force. [Oversized Print]. https://collections.ushmm.org/search/catalog/pa1144604.
[3] Holocaust Encyclopedia. Fotografía aérea de Babi Yar, tomada por la Fuerza Aérea alemana. https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/photo/aerial-photograph-of-babi-yar
[4] WWII Aerial Photos and Maps. Kiev Aerial Scans » GX3938SG-260943. http://www.wwii-photos-maps.com/kievaerialscans/GX3938SG-260943/slides/GX3938SG-260943-105.html.
[5] Ejército de la Unión Soviética.
[6] Mauricio Schwarz. Negacionismo. https://www.youtube.com/watch?v=GTW0DxoaBYI
[7] Sergey Romanov; Holocaust Controversies. That’s why it is denial, not revisionism. Part V: Deniers and Babi Yar massacre (3) (2006). https://holocaustcontroversies.blogspot.com/search?q=Babi+Yar
[8] No he podido encontrar la fuente original de este desafío, puesto que mi navegador, por algún motivo, no me deja acceder a la página web de John Ball, donde se supone que se publicó. El único lugar donde he podido hallarlo con más o menos precisión es en el mencionado artículo de John Morris.
[9] Jamie McCarthy; Pratique de l’Histoire et Dévoiements Négationnistes (PHDN). John Ball: Air Photo Expert? https://phdn.org/archives/holocaust-history.org/auschwitz/john-ball/. McCarthy fue un miembro del ya inactivo The Holocaust History Project, organización sin fines de lucro con base en Texas, que se dedicó por un tiempo a producir y exponer material sobre el holocausto y a refutar las teorías de la negación de éste.
[10] Hans Metzner; Holocaust Controversies. John Ball’s Air Photo Evidence on Auschwitz. http://holocaustcontroversies.blogspot.com/2015/02/john-balls-air-photo-evidence-on.html.
[11] The Nizkor Project. John Ball’s $100,000 Challenge: Where is John Ball? http://www.nizkor.org/ftp.cgi?miscellany/stats/jewish-population-stats.02.
[12] Ídem.
[13] Holocaust Research Project. The Babi-Yar Gallery (2 of 26); Babi-Yar German soldiers search through the belongings of murdered Jews in the ravine. http://www.holocaustresearchproject.org/einsatz/babiyargal/Babi-Yar%20%20German%20soldiers%20search%20through%20the%20belongings%20of%20%20murdered%20Jews%20in%20the%20ravine.html.
[14] Holocaust Research Project. The Babi-Yar Gallery (21 of 26); Babi-Yar Soviet investigators view an opened grave at Babi Yar. http://www.holocaustresearchproject.org/einsatz/babiyargal/Babi-Yar%20Soviet%20investigators%20view%20an%20opened%20grave%20at%20Babi%20Yar.html.
[15] Aktion Reinhard Camps. The KZ in Syrets; Exhumed Victims. http://www.deathcamps.org/occupation/pic/bigsyrets04.jpg
[16] Holocaust Research Project. The Babi-Yar Gallery (14 of 26); Babi-Yar Jews forced to hand over possessions before being shot in the ravine. http://www.holocaustresearchproject.org/einsatz/babiyargal/Babi-Yar%20Jews%20forced%20to%20hand%20over%20possessions%20before%20being%20shot%20in%20the%20ravine.html
[17] Holocaust Denial on Trial (HDOT). Babi yar: Pruebas físicas; ¿Por qué no podemos desenterrar las fosas masivas hoy en día? https://www.hdot.org/debunking-denial/babi-yar-pruebas-fisicas/?lang=es#_edn4.
Como muchos otros CUENTOS holocaustófilos, Babi Yar ES UN INVENTO que solo sobrevive por el interes de quienes dominan los MEDIA.
Solo respondete esto: ¿Qué verosimilitud le puedes dar a una «Comisión Investigadora Soviética» y el tipo de testigos y pruebas que ofreció? …
La VERDADERA HISTORIA de la WWII y del mismo «holocausto» recién se sabrá cuando existan investigaciones LIBRES, policráticas e independientes y que digan si tiene algún «conflicto de interes» para que se sometan a una ESCRUPULOSA FISCALIZACIÓN INTERNACIONAL por cualquier personería natural o jurídica que desee aproximarse a la VERDAD.
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Debería leer el artículo en detalle antes de ponerle una etiqueta. Por otro lado ¿De verdad cree que en estos más de 70 años no ha habido «investigaciones libres, policráticas (lo que sea que eso signifique) e independientes» que han intentado buscar «la verdadera historia de la WWII y del mismo holocausto»? No tiene mucho sentido tomar posturas específicas sobre un hecho cuando no hemos visto, o nos rehusamos a ver, las evidencias detrás de él, prestándole atención solo a las que nos favorecen. Pregúntese por qué hasta ahora nadie ha sido capaz de probar que el holocausto no existió, o por qué quienes siguen sosteniendo esta tesis, como sucede con terraplanistas o antivacunas, son ridiculizados. Créame, la razón no es un complot multinacional, son las evidencias. Saludos!
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