Antes que nada, hay que aclarar un par de informaciones respecto a esta cifra que los negacionistas, incluso jactándose de ser verdaderos investigadores, pasan por alto la mayoría de las veces en que intentan exponer sus ideas –cosa que no sucedería si investigaran de verdad–. La primera es que no es un número exacto, y la segunda, que no se debe sólo a los judíos que murieron en los campos de concentración. Todos los historiadores de la shoah están de acuerdo en que, aproximadamente, sólo la mitad de los judíos que murieron a manos de los nazis lo hicieron en campos de concentración; y en que es imposible obtener el número preciso de estas víctimas, evidentemente porque no todas las muertes fueron contabilizadas, no todos los perseguidos censados, ni todos los cuerpos hallados. No obstante, esto no es un impedimento para que quienes han dedicado gran parte de sus vidas a hacer las cuentas, estimen entre 5 y 6 millones la cantidad total de judíos asesinados.
Entre los numerosos centros de documentación que existen sobre el holocausto, dos de lo más importantes: el Yad Vashem de Jerusalén y el Museo del Holocausto de Washington, emplean la mítica cifra de los 6 millones para indicar al público cuántos judíos perecieron durante la persecución del régimen del führer[1]. El primero, inaugurado en 1943, cuenta con una institución fundada en 1993[2] que se dedica de forma exclusiva a investigar y proveer información sobre la shoah; además, entre los múltiples monumentos que hablan sobre este acontecimiento, dentro de sus instalaciones se ubica la Sala de los Nombres; un salón abuhardillado de forma circular y de diez metros de altura dedicado a las víctimas judías de la persecución nazi, donde se hallan guardadas breves biografías de más de 4 millones de personas en un depósito que circunvala la estancia y que contiene lugar para 6 millones de estas hojas, las cuales se conocen como Páginas de testimonio –debido a que la información en ellas contenida está basada en los testimonios de familiares, amigos y/o conocidos de los difuntos–. En la zona superior de esta construcción se exhiben 600 imágenes de rostros de difuntos y fragmentos de las páginas mencionadas.
Como muchas otras, es probable que la afirmación de los 6 millones del Yad Vashem esté basada en el testimonio de Wilhelm Höttl de 1945[3]. Ahora, de seguro saldrá cualquier listillo negacionista y señalará lo absurdo de manifestar esta cifra cuando no se tienen todos los nombres de tal supuesta cantidad de víctimas en la Sala de los Nombres; la contestación obvia a esto, en oposición a las ideas judeo-conspiracionistas, es que los investigadores del Yad Vashem no tienen todos los nombres porque simplemente aún no han conseguido los datos del resto de esos 6 millones de fallecidos. Esto último es importante porque da pie a una interrogante que se opone a las ideas antisemitas: si el holocausto fuera un invento deliberado para engañar el mundo ¿No sería lógico que en la institución israelí aludida se mostraran 6 millones de documentos que «corroboraran» esta cifra? No tendría sentido que los fundadores de esta organización, habiéndose esmerado tanto en construir una edificación que recordara por siempre al mundo la catástrofe del holocausto, pasaran por alto este detalle.

En cuanto al Museo del Holocausto de Washington, éste, en su página web oficial[5] expone un análisis sobre el origen de la cifra de los 6 millones. En resumen, indica que para obtener este número de pérdidas se han basado en informes de censos antes, durante y después de la guerra, archivos alemanes y del bloque del eje[6] incautados por los aliados, investigaciones de posguerra, reportes generados por los líderes nazis en el tiempo del conflicto, y estudios demográficos posteriores a éste. En la página también se muestran algunos ejemplos de los documentos, estudios e informes a los que se refieren, y, asimismo, se exhiben una tabla de la cantidad de personas, clasificadas por nacionalidad, etnia o algún otro parentesco, que perecieron a manos del régimen nazi y una de la distribución de las muertes de judíos:


Cabe destacar que el museo del holocausto de Washington enfatiza una y otra vez, a lo largo del artículo que dedican al número de víctimas de esta catástrofe, la imposibilidad de llegar a un conteo exacto de las mismas; ya sea por lo tarde que empezaron los registros de judíos por parte de los nazis –en 1942 aproximadamente, considerando que ellos tomaron el poder de Alemania casi 10 años antes–; por la destrucción de documentos que éstos llevaron a cabo cuando la guerra ya estaba perdida; y por el hecho de que no había nadie dedicado a contar a los judíos exterminados.
Por supuesto que las estimaciones de judíos fallecidos a causa de la persecución del tercer Reich[9], según la versión oficial, no se limitan sólo a lo que manifiestan las dos grandes instituciones antes referidas sin indicar a ciencia cierta sus fuentes; aún podemos ahondar en cómo éstas fueron obtenidas, de la mano de los principales historiadores de este evento.
Raúl Hilberg, tal vez es más importante referente de la investigación histórica del holocausto, afirma en su libro de más de mil cuatrocientas páginas: La destrucción de los judíos europeos[10], que el número de judíos fenecidos a causa del nazismo es de 5.1 millones. Número cuyo origen explica con todo detalle en el apéndice de la tercera edición de su obra.
Para empezar, el historiador nacido en Viena explica que la principal manera de calcular el número de judíos muertos es restar la suma de las cifras expuestas en informes –a veces fragmentarios– emitidos durante la guerra por organismos alemanes, autoridades satélites[11] y consejos judíos, de la adición de las cifras de censos anteriores al conflicto en las distintas zonas ocupadas por los nazis. También categoriza las formas de fallecimiento de los judíos en: «(1) privación, generalmente hambre y enfermedades en los guetos, (2) ametrallamientos y (3) deportaciones a los campos de exterminio».[12]
Hilberg indica que las estadísticas de perecidos por causa de la privación: «las mantenían los consejos judíos, que las transmitían a los órganos supervisores alemanes, que a su vez utilizaban las cifras para disminuir las raciones y el espacio»[13]. Asimismo, sostiene que hay tablas que exponen la mortalidad de los judíos en el protectorado del Reich[14], y conteos minuciosos de los guetos de Varsovia y Lodz; aunque, aun así, dice el historiador: «escasean los datos respecto a otras localidades. Por consiguiente, la privación es difícil de medir. Entre las principales causas de fallecimiento, [la privación] es la categoría más reducida y menos segura»[15].
Sobre los ametrallamientos, Hilberg afirma que las estadísticas «las recopilaron las unidades de las SS y de la policía, especialmente los Einsatzgruppen[16]… La atención al detalle se revela en el informe de campo del Einsatzkommando 3[17][18], con su desglose de los ametrallamientos por fecha, localidad y tipo de víctima»[19]. Los mencionados reportes se confeccionarían diariamente en la oficina central de seguridad del Reich (RSHA, su abreviación en alemán).
En cuanto a las estadísticas de muertos en campos de concentración –«numéricamente la categoría más amplia»[20], según Hilberg– obtenidas más que nada de la cantidad de deportaciones a éstos, se tiene que:
En los países occidentales, en el área del protectorado del Reich, y en Eslovaquia, los transportes se planearon con listas. En Bélgica, Francia e Italia, las listas de nombres confeccionadas en los campos de tránsito han sobrevivido en buena medida intactas. Respecto a Macedonia y la Tracia, ambas bajo dominio búlgaro, y también respecto a Hungría, hay más de un grupo de estadísticas, con ligeras diferencias entre los informes. En Polonia, la administración ferroviaria pedía a veces a su personal que informara del número de deportados por tren, para poder presentar la factura consiguiente a la policía de seguridad.
En ocasiones, la documentación no sólo indica el lugar de deportación, sino también el punto de llegada. Las rutas de algunos de los transportes se pueden obtener de los informes de ferrocarriles o de vigilantes de la policía del orden. Las paradas en los guetos de Lodz o de Theresienstadt se registraban. Los judíos deportados ametrallados en Minsk, Riga o Kaunas se mencionaban en el contexto de las operaciones de exterminio locales.[21]
Raul Hilberg. La destrucción de los judíos Europeos
El historiador austriaco menciona el informe Korherr[22] como uno de los documentos claves, elaborados por los nazis, para tener una aproximación fiable a la cantidad de judíos exterminados en los campos de concentración; esto a pesar de que dicho informe consistiera en un resumen de la situación de «la solución final de la cuestión judía»[23] para el 31 de diciembre de 1942 –es decir, todavía quedaba un buen tiempo para el asesinato de judíos–. Por las grandes cifras que se manejan en este documento, éste puede ser por sí mismo una herramienta para refutar por completo las hipótesis negacionistas de que bajo el régimen liderado por Hitler no fueron asesinados más de un millón de judíos.
Hilberg, haciendo uso de todo un análisis científico, incluso afronta las dificultades de contabilizar el número de judíos asesinados por región y las correcciones que, debido a ellas, deben hacerse para tal fin. Habla de la necesidad del cambio de fronteras, «de las de 1938 a las de 1946, principalmente en el caso de Polonia y de la URSS»[24], y del requisito de distinguir las muertes de judíos debidas a la persecución nazi, de aquellas que sucedieron durante este periodo, pero por otras causas –como los efectos de la guerra en sí misma, las migraciones, enfermedades en territorios no controlados por el tercer Reich y, por tanto, no provocadas por el clima hostil que este régimen producía, vejez, entre otras–.
Finalmente, luego de un meticuloso cómputo a partir de comparaciones y datos de censos de distintas regiones que se encontraban dentro de la guerra –principalmente de Alemania, Polonia y la URSS–, de informes de los Einsatzgruppen y del elaborado por Richard Korherr, Hilberg es capaz de estimar la cantidad de judíos fallecidos por región, país y año.



Vale recalcar que Hilberg jamás afirma que la dada sea una cifra exacta, más bien al contrario, cada vez que tiene la oportunidad recuerda al lector la dificultad que conlleva intentar obtener estos números aun contando con documentos nazis que los sustentan. Por otro lado, no es conveniente exponer aquí al detalle los métodos que empleó y todos los archivos en que –según indica en su libro– se basó para alcanzar los números del cálculo realizado y exhibido en las tablas anteriores; quien quiera llegar a ello tendrá simplemente que leer la obra del historiador austriaco. A pesar de lo anterior, todavía se puede tener una idea de lo minucioso de los análisis de Hilberg mostrando, por ejemplo, lo que escribió respecto al número de judíos muertos en la denominada tercera región de la Polonia dominada por Hitler, y las fuentes que empleó para ello:[28]
La tercera gran región de Polonia, sobre la que Korherr no proporciona detalles, tenía una población inicial de 550.000 judíos. Estaba dividida en varios departamentos administrativos, presentados con el número de habitantes judíos someramente proyectado a partir del censo de 1931:

Relativamente pocos residentes de estos distritos pudieron huir hacia la seguridad del interior de la URSS. Hasta un tercio de los habitantes de la región de Vilna se había ido ya cuando llegaron los alemanes; pero en su mayoría, estos refugiados sólo consiguieron llegar a las áreas vecinas invadidas por las fuerzas alemanas. El Einsatzkommando 9, perteneciente al Einsatzgruppe B, mató a miles de judíos en Vilna durante el verano de 1941[29]. El Einsatzkommando 3, perteneciente al Einsatzgruppe A, se hizo cargo posteriormente de la región y ametralló a 34.622 judíos hasta el 25 de noviembre de 1941. Para entonces, de acuerdo con el Kommando[30], sólo se mantenían en el gueto de Vilna unos 15.000 judíos, como concesión a la producción bélica[31]. Había, sin embargo, varios guetos vecinos más pequeños, que posteriormente fueron reducidos mediante ametrallamientos, y cuyos habitantes supervivientes fueron finalmente trasladados a Vilna. En el verano de 1943, el gueto de Vilna se convirtió, en consecuencia, en una reserva de 20.000 personas, entre ellas 12.332 trabajadores censados. Después, ametrallaron a miles de ellos, y a los restantes los enviaron a Estonia, Letonia y Sobibór[32] para someterlos a más trabajo, más selecciones y más muertes.[33][34]
El área de Wilejka fue sometida a más ametrallamientos en marzo de 1942[35], y el 31 de julio de 1942, Kube, Generalkommissar (comisario general) de la Rusia Blanca[36], informó de la reanudación de los ametrallamientos. Kube anotó también una acción precipitada del ejército alemán en la vecina población de Glebokie y sus alrededores, la cual provocó la muerte de 10.000 judíos[37].
El Hauptkommissariat[38] de Baranóvichi (Baranowicze) se inundó de ametrallamientos durante 1941 y 1942. El 8 de agosto de 1942, se comunicó la muerte de 95.000 judíos y se suponía que 6.000 se mantenían ocultos[39]. A finales de 1942, una expedición de von Gottberg, responsable de las SS y de la policía en la Rusia Blanca, redujo la población de judíos huidos en la parte occidental del Hauptkommissariat matando a 3.658[40].
El Einsatzgruppe C y un destacamento de la Policía de Seguridad del Generalgouvernement[41]recorrieron Volinia en 1941. Juntos, mataron a muchos miles de judíos[42]. En noviembre de 1941, unidades del responsable máximo de las SS y de la Policía del Sur masacraron a unos 15.000 judíos en la ciudad de Rovno[43]. En el verano de 1943 comenzó una matanza masiva. El 29 de diciembre de 1942, Himmler[44] comunicó a Hitler que desde agosto a noviembre habían «ejecutado» a 363.211 judíos en Ucrania, el sur de Rusia y el distrito de Bialystok[45]. No cabe mucha duda de que la gran mayoría de estas víctimas vivía en parte volinia del Generalbezirk (distrito general) de Volinia-Podolia. El barrido se realizó sin tener en cuenta la producción de carretillas y textiles en las fábricas. En un gueto tras otro, los trabajadores y sus familias fueron barridos de la noche a la mañana. Los judíos volinios fueron aniquilados[46].
La verdad, me atrevería a decir que la sola obra de Hilberg, por el enorme trabajo de investigación que, evidentemente, contiene a lo largo de sus más de mil páginas, constituye una prueba per se del holocausto, pues no resulta sensato para el sentido común que alguien se esmerara tanto en crear tamaño libro de un modo tan metódico únicamente para sustentar una mentira. Es probable que con mucho menos hubiera sido suficiente. En adición a esto, además de lo dicho por Faurisson[47] sobre la afirmación que Hilberg había hecho en su libro sobre las 2 órdenes dadas por Hitler para exterminar a los judíos[48] –y que extrajo en una posterior edición–, ningún negacionista ha podido –y, según yo, ni siquiera se ha dado a la tarea de– rebatir lo que el historiador nacionalizado estadounidense ha expuesto en su obra.
Es probable que los negadores de la shoah, siguiendo a Robert Faurisson, para desacreditar a Hilberg y a su investigación no hagan nada más que argumentar que él es un judío, y que nunca visitó todos los campos de concentración antes de elaborar su libro, razonamientos que por su intención carecen de sentido a menos que se sea, obviamente, un negacionista. De resto, una vez más, todavía no se puede decir que haya pruebas de que Hilberg mintió, o de que sus investigaciones son absurdas o erróneas; y hasta entonces, dicho sea de paso, La destrucción de los judíos europeos continuará siendo uno de los mayores referentes para conocer la historia de los judíos bajo los territorios dominados por los nazis.
Y claro que Raúl Hilberg no ha sido el único historiador que se ha preocupado por calcular la cifra de judíos perecidos gracias a las políticas del nazismo. Aparte de él, otros como Lucy Dawidowicz y Wolfgang Benz han hecho sus propias estimaciones de 5.933.900 y de 5.3-6.2, respectivamente, en sus obras: The War Against the Jews y The Holocaust: A German Historian Examines the Genocide. En esta última se puede encontrar un comentario de Benz que se reproduce con frecuencia en otras publicaciones:
El objetivo de aniquilar a todos los judíos de Europa, como se proclamó en la conferencia en la villa Am Grossen Wannsee en enero de 1942, no se alcanzó. Sin embargo, los seis millones de víctimas de asesinato hacen del holocausto un crimen único en la historia de la humanidad. El número de víctimas –y con certeza lo siguiente representa el número mínimo en cada caso– no puede expresarlo adecuadamente. Los números son demasiado abstractos. Sin embargo, deben indicarse para aclarar la dimensión del genocidio: 165.000 judíos de Alemania; 65.000 de Austria; 32.000 de Francia y Bélgica; más de 100.000 de los Países Bajos; 60.000 de Grecia; el mismo número de Yugoslavia, más de 140.000 de Checoslovaquia; medio millón de Hungría; 2.2 millones de la Unión Soviética y 2.7 millones de Polonia. A estos números deben agregarse todos los muertos en los pogromos y las masacres en Rumania y Transitrien (más de 200.000) y los judíos deportados y asesinados de Albania y Noruega, Dinamarca e Italia, de Luxemburgo y Bulgaria.
Cita Original:
The goal of annihilating all of the Jews of Europe, as it was proclaimed at the conference in the villa Am Grossen Wannsee in January 1942, was not reached. Yet the six million murder victims make the holocaust a unique crime in the history of mankind. The number of victims—and with certainty the following represent the minimum number in each case—cannot express that adequately. Numbers are just too abstract. However they must be stated in order to make clear the dimension of the genocide: 165,000 Jews from Germany, 65,000 from Austria, 32,000 from France and Belgium, more than 100,000 from the Netherlands, 60,000 from Greece, the same number from Yugoslavia, more than 140,000 from Czechoslovakia, half a million from Hungary, 2.2 million from the Soviet Union, and 2.7 million from Poland. To these numbers must be added all those killed in the pogroms and massacres in Romania and Transitrien (over 200,000) and the deported and murdered Jews from Albania and Norway, Denmark and Italy, from Luxembourg and Bulgaria.[49]
Asimismo, el Instituto de Asuntos Judíos de Nueva York elaboró su propio conteo y en 1945 manifestó que entre 5 659 600 y 5 673 100 judíos habían muerto durante el holocausto[50]; un año más tarde, Jacob Leszczynski del Congreso Judío Mundial estimó que la cifra total de muertos era de 5 978 000[51]. Yisrael Gutman y Robert Rozett también hicieron sus propios cálculos y publicaron en la Encyclopedia of the Holocaust que las pérdidas estaban entre 5 590 000 y 5 860 000[52].
Yo diría que, considerando todos estos datos, no debe descartarse tan rápido la cifra dada por Höttl en su declaración jurada de noviembre de 1945, como normalmente pretenden hacer muchos negacionistas basándose en supuestas evidencias de que los testimonios eran forzados por los aliados –y por supuesto con ninguna prueba de que éste haya sido el caso para el mencionado oficial de las SS–. Mucho menos si tenemos en cuenta que el mismo número fue dado a Moshe Shertok, en 1944, por el judío húngaro Joel Brand[53], y que, según una declaración jurada del oficial de las SS Dieter Wisliceny, Adolf Eichmann[54] comentó en una reunión con sus oficiales al final de la guerra «que saltaría riendo a la tumba por la muerte de cinco millones de víctimas»[55]. El propio Eichmann, de acuerdo con Hilberg, repitió la cifra de los 5 millones en su juicio en Jerusalén, en julio de 1961.[56]
[1] Aunque es una palabra alemana que significa «jefe» o «líder» e incluso se utiliza en la actualidad, con ella, al menos fuera de Alemania, se suele identificar a Hitler; quizá en parte porque fue un término que éste se otorgó a sí mismo, algo sin precedentes en ese entonces.
[2] International School for Holocaust Studies (ISHS)
[3] Höttl fue un miembro del partido nazi y miembro de las SS que alcanzó el rango de SS-Sturmbannführer (que podría traducirse más o menos en: comandante de una unidad de asalto). En una declaración jurada durante su juicio en Núremberg afirmó que Adolf Eichmann le dijo que 4 millones de judíos habían muerto en campos de exterminio y otros 2 millones a través de disparos.
[4] Wikimedia Commons. Yad Vashem Hall of Names by David Shankbone. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Yad_Vashem_Hall_of_Names_by_David_Shankbone.jpg
[5] Holocaust Encyclopedia. Documenting Numbers of Victims of the Holocaust and Nazi Persecution. https://encyclopedia.ushmm.org/content/en/article/documenting-numbers-of-victims-of-the-holocaust-and-nazi-persecution.
[6] Bando en el que se encontraba Alemania durante la segunda guerra mundial
[7] Holocaust Encyclopedia op. cit. (5); Number of Deaths.
[8] Ibídem; Jewish Loss by Location of Death.
[9] Pese a que literalmente no tiene relación con los nazis, el término «Tercer Reich» se usa normalmente para referirse a la Alemania gobernada por Hitler.
[10] Puede encontrarse en: https://es.scribd.com/doc/268669828/Raul-Hilberg-La-destruccion-de-los-judios-europeos-pdf
[11] No alemanas, pero subordinados al gobierno alemán.
[12] Raúl Hilberg. La destrucción de los judíos europeos (Madrid, 2005) p. 1349.
[13] Ídem.
[14] Conocido como el protectorado de Bohemia y Moravia, estaba compuesto en su mayoría por los territorios de la actual República Checa menos los Sudetes.
[15] Hilberg op. cit. (12).
[16] También conocidos como: escuadrones de la muerte, fueron un conjunto de escuadrones de ejecución formados por miembros de las SS, SD y otros miembros de la policía secreta de la Alemania Nazi.
[17] Los Einsatzkommando fueron un subgrupo de cinco escuadrones de exterminio Einsatzgruppen.
[18] También conocido como el «Informe Jäger»; puede encontrarse información de él en: The Jaeger Report:
A Chronicle of Nazi Mass Murder. https://phdn.org/archives/holocaust-history.org/works/jaeger-report/htm/intro000.htm
[19] Hilberg op. cit. (12).
[20] Ídem.
[21] Ibídem, p. 1340-1350.
[22] Fue un documento de 16 páginas, fechado el 23 de marzo de 1943, acerca del desarrollo del Holocausto, realizado por el inspector jefe de la oficina de estadísticas de las SS, el Dr. Richard Korherr, siguiendo las instrucciones de Heinrich Himmler. El informe calculaba que, desde 1933 hasta finales de 1942, cuatro millones de judíos habían sido eliminados de Europa, de los cuales 1.5 millones habían emigrado y los otros 2 454 000, o habían sido asesinados por los Einsatzgruppen o eliminados en los campos de exterminio.
[23] Hilberg op. cit. (12), p. 1350.
[24] Ibídem, p. 1352.
[26] Ibídem, p. 1368
[27] Ídem.
[28] Ibídem, p. 1357-1358-1359.
[29] RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones núm. 21, 13 de julio de 1941, NO-2937. RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones núm. 67, 29 de agosto de 1941, NO-2837
[30] Unidad básica de organización de los trabajadores esclavos en los campos de concentración alemanes,
[31] Informe del Einsatzkommando 3, 1 de diciembre de 1941, Fb 85/2.
[32] Campo de exterminio.
[33] Yitzhak Arad. Guetto in Flames (Nueva York, 1982), p. 209-212, 293, 296, 318, 333.
[34] Yitzhak Arad. Belzec, Sobibor, Treblinka (Indiana, 1987), p. 137. La estadística está tomada de la Wehrwirtschafts-Aussenstelle de Vilna, informe correspondiente a octubre de 1943, conservado en Alexandria, Virginia, en los años de posguerra.
[35] RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones núm. 178, 9 de marzo de 1942, NO-3241. RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones núm. 184, 23 de marzo de 1942, NO-3235
[36] Así se conocía a la parte oriental de la actual Bielorrusia.
[37] Kube al Reichskommissar Lohse, 31 de julio de 1942, PS-3428. Haase, Gebietskommissar en funciones de la vecina Wilejka, comunicó el 8 de abril de 1943 que había aún 3 000 judíos vivos en esa zona. Acta de reunión de Gebietskommissare, Fb 85/1.
[38] Principal estación de policía.
[39] Hauptkommissar de Baranóvichi al Generalkommissar de la Rusia Blanca (Kube), 27de agosto de 1942, NG-1315.
[40] Informe del Generalkommissar de la Rusia Blanca/III (firmado Preckwinkel), 31 de diciembre de 1942, Wi/ID 2 705, número de acceso (Green Number) 6. En abril de 1943, Hanweg, Generalkommissar de Lida (perteneciente al Hauptkommissariat de Baranóvichi) informó de que en su área vivían aún 4 419 judíos. Fb 85/1.
[41] Gobierno general de los territorios polacos ocupados.
[42] RSHA IV-A-1. Informe de operaciones núm. 28, 20 de julio de 1941, NO-2943. RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones núm. 43, 5 de agosto de 1941, NO-2949. RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones núm. 56, 18 de agosto de 1941, NO-2848. RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones número 58, 20 de agosto de 1941, NO-2846. RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones núm. 66, 28 de agosto de 1941, NO-2839.
[43] RSHA IV-A-1. Informe sobre operaciones núm. 143, 8 de diciembre de 1941, NO-2827.
[44] Himmler fue una de las figuras más poderosas dentro de la Alemania nazi; fue máximo líder de las SS, ministro del interior y director de la oficina central de seguridad del Reich.
[45] Himmler a Hitler, 29 de diciembre de 1942, NO-1128. Las muertes fueron obra de Prützmann, alto mando de las SS y de la policía. Véanse los informes que envió a Himmler el 26 y el 27 de diciembre de 1942, el primero de ellos con estadísticas y el segundo con descripciones de las operaciones antipartisanas centradas en el norte de Volinia y en áreas adyacentes del distrito de Bialystok, T 175, Rollo 124.
[46] Entre el 21 de febrero y el 21 de abril de 1943 capturaron a 61 judíos en total. Informe del Generalkommissar de Volinia-Podolia, 30 de abril de 1943, EAP 99/77, en archivos de Alexandria, Virginia, en los años de posguerra. El 21 de marzo de 1944, el Gebietskommissariat de Brest-Litovsk (en Volinia) informó de que el área estaba libre de judíos. EAP 99/85, en Alexandria durante los años de posguerra.
[47] Robert Faurisson fue un académico franco-británico y famoso negacionista, conocido especialmente por negar la existencia de cámaras de gas en los campos de exterminio nazis, la matanza sistemática de judíos europeos usando gas durante la Segunda Guerra Mundial y la autenticidad del Diario de Ana Frank.
[48] Internet Archives. 1991 – Robert Faurisson talks about Raul Hilberg (EN, 7m 09s, 320×240). https://archive.org/details/1991-Robert-Faurisson-talks-about-Raul-Hilberg_171.
[49] James Morcan, Lance Morcan. Ontmaskering van die Holocaust Ontkenningsteorieë (2017); (al final del capítulo 2).
[50] Institute of Jewish Affairs. Statistics of Jewish Casualties during Axis Domination (1945). https://www.trumanlibrary.org/whistlestop/study_collections/nuremberg/documents/index.php?documentid=C107-6-1&pagenumber=1.
[51] Jacob Leszczynski. Bilan de l’extermination, Congres Juif Mondial, Bruselas, París, Ginebra (1946)
[52] Este dato suele citarse en no pocos artículos y libros referentes al holocausto, como en uno publicado en la página web de las naciones unidas llamado: Frequently Asked Questions, Yad Vashem, Jerusalem. Se puede encontrar en este link: https://www.un.org/en/holocaustremembrance/docs/FAQ%20Holocaust%20EN%20Yad%20Vashem.pdf. También se cita en otro del Institute for the Study of Rescue and Altruism in the Holocaust, denominado: Fact Sheet: Aid and Rescue of Jews in Europe and Survival by Country, 1933-1945, que se puede encontrar en el siguiente link: https://www.holocaustrescue.org/fact-sheet#_ftnref5). Este último expone para la información en cuestión la siguiente fuente: Bauer & Rozett, in Gutman, 1990, Encyclopedia of the Holocaust, s.v. «Estimated Losses in the Holocaust,» p. 1799-1800, que este autor no ha podido consultar de primera mano, pero que presume debe ser la original.
[53] Joel Brand había sido enviado por Eichmann desde Hungría para hacer negociaciones de rescate con los aliados. Moshe Shertok era el líder de la Agencia Judía en ese entonces.
[54] Teniente coronel de las SS, se dice que fue el responsable directo de la solución final, principalmente en Polonia, y de los transportes de deportados a los campos de concentración.
[55] Raúl Hilberg op. cit. (12), p. 1350, 1347.
[56] Ídem.