Los negacionistas intentan rechazar la historia del holocausto a partir de razonamientos según los cuales la matanza de 6 millones de judíos nunca pudo tener lugar. Los argumentos que utilizan son, en resumen, los siguientes:

  1. La enciclopedia británica Chambers, publicada por primera vez en el año 1859 fue, es y sigue siendo una de las enciclopedias más importantes en el siglo IX, XX y XXI, conocida por su exactitud e información real sobre diversos sucesos en el mundo entero. Ella mencionó en una de sus páginas que la cantidad exacta de la población judía en Europa antes de la Segunda Guerra Mundial era de 6.500.000. Si el holocausto fue real, entonces casi todas estas personas murieron, y de esta forma no hubiera sido posible que los judíos se expandieran como lo hicieron luego de la guerra.
  2. Adicionalmente, una publicación suiza por parte de un periódico de tendencia neutral, el Basler Nachrichten[1], menciona que entre 1933 y 1945 emigraron de Alemania un promedio de 1.500.000 millones de judíos a Gran Bretaña, Suiza, España, Portugal, Australia, China, India, Palestina y Estados Unidos; y esa versión fue confirmada incluso por el periodista de origen judío Bruno Blau, en un diario de Nueva York, el 3 de agosto de 1948. Sin olvidar que aproximadamente un millón y medio de judíos habría emigrado a la Unión Soviética.
  3. En resumen, en todos los territorios ocupados por los nacionalsocialistas no habían más de 3 millones de judíos, teniendo en cuenta a los que emigraron, lo que hace imposible que se hayan asesinado a 6 millones.

Como otra parte de los anteriores planteamientos negacionistas, suele utilizarse un cálculo hecho por Einar Aberg[2] en 1959 según el cual, dado que en 1938 existían 15.748.091 de judíos en el mundo –datos del American Jewish Committee[3]–, y que en 1948, este número estaba entre 15.600.000 y 18.700.000 –de acuerdo con Hanson W. Baldwin en un artículo publicado en el New York Times el mismo año[4]–, es imposible que entre 1939 y 1945 hayan sido exterminados 6 millones.

Las cifras del World Almanac y del American Jewish Committee

Si bien las fuentes de Aberg son ciertas y verificables –en el sentido de que Hanson y el comité americano de judíos sí expusieron las cifras que él utiliza–, ellas contrastan con otras fuentes como las del almanaque mundial y hasta las del mismo American Jewish Committee en su American Jewish Yearbook[5]. La primera indica que justo antes de que iniciara la shoah, en 1941, el número de judíos en el mundo era de 15.748.091, y una vez terminada la segunda guerra mundial, en 1949, este número decreció hasta 11.266.600; cifras que por supuesto concuerdan con la muerte de 6 millones de judíos a manos de los nazis. Ahora, el hecho de que en las ediciones que abarcan desde 1942 hasta 1948, este World Almanac exponga números superiores a los 15 millones, se debe simplemente a la utilización de cifras anteriores con algún factor de corrección, probablemente debido a la dificultad de llevar a cabo nuevos censos; cosa que, a decir verdad, suele ocurrir en este tipo de trabajos[6]. Esto último como una contestación a los negacionistas que tienden a emplear los datos del almanaque mundial de 1941 y 1948 para invalidar la popular cifra de 6 millones de judíos muertos a manos del nazismo.

El American Jewish Yearbook, por su parte, señala que la cantidad de judíos en Europa en 1933 era aproximadamente de 9.5 millones[7], y en 1950, de 3.5[8], siendo el primer número el 61% de la población judía mundial[9], y el segundo, sólo un tercio del total –la mayoría de los judíos en este entonces, un 51%, se encontraba en América–[10]. Cantidades que obviamente concuerdan con la muerte de más o menos 6 millones durante el holocausto entre 1941 y 1945.

En plena coherencia con lo anterior, el mencionado anuario judío americano, a través de la encuesta mundial de población judía de 2002, situó la cantidad de judíos en el mundo para ese año en 13.296.100[11], con el mayor porcentaje, un 48.7%, aún radicado en América, y ahora con una importante fracción –del 38.1%– en Asia, claramente debida al estado de Israel[12]. En la actualidad, el anuario junto a otros censos[13] cifra la cantidad de judíos en el mundo en poco más de 14.5 millones, ubicando la mayor cantidad de ellos en Israel, seguido de los Estados Unidos.

Imagen 1. Estimaciones de la población judía del mundo, 1945-2016[14]

Podemos ver que los datos de Baldwin que Einar Aberg utilizó para contradecir la cifra de los 6 millones no se corresponden en absoluto con los censos realizados hoy en día, y a menos que los negacionistas digan que las contabilizaciones oficiales han sido deliberadamente falseadas desde 1949 hasta hoy –que son capaces de hacerlo, estoy seguro–, lo más probable es que el exeditor militar del New York Times se haya equivocado. Por otro lado, me resulta curioso que los negadores de la shoah utilicen en sus razonamientos matemáticos la cifra entregada por el comité judío americano de 1938, y no hagan lo propio con las expuestas desde 1949 en adelante tanto por la misma organización como por el almanaque mundial.

¿Qué tan fiables son los números de Baldwin?

El artículo de Hanson W. Baldwin que utiliza Aberg, Arthur Butz[15] y otros muchos negacionistas para desacreditar la cifra de los 6 millones de judíos muertos y gritar a los cuatro vientos la imposibilidad del holocausto, se llama: Armies for Palestine: Need for International Force of 70,000 Believed Indicated as U. N. Faces Decision[16], un texto cuyo objetivo claramente no tiene nada que ver con la contabilización de judíos en el mundo después de la segunda guerra mundial. El párrafo en donde Baldwin menciona la cantidad de judíos en el planeta, por su parte, reza de la siguiente manera:

Las zonas judías de Palestina son un enclave rodeado de árabes. Hay entre 650,000 y 700,000 judíos en Palestina y alrededor de 1,250,000 árabes. Otros 500,000 judíos habitan en otros países árabes en el Medio Oriente. La población árabe de estos estados, Arabia Saudita, Egipto, Siria, Líbano, Irak, Yemen y Transjordania es más de 30,000,000. En estos países, los judíos están vinculados por lazos religiosos al resto de los quince a dieciocho millones de judíos del mundo, y la mayoría de los árabes comparten su religión con el resto de los 221,000,000 musulmanes del mundo.

Cita Original:

The Jewish areas of Palestine are an enclave surrounded by Arabs. There are 650,000 to 700,000 Jews in Palestine and about 1,250,000 Arabs. Another 500,000 Jews inhabit other Arab countries in the Middle East. The Arab population these states, Saudi Arabia, Egypt, Syria, Lebanon, Iraq, Yemen and Trans-Jordan, is more than 30,000,000. In these countries, the Jews are tied by bonds of religion to the rest of the fifteen to eighteen million Jews of the world, and most of the Arabs share their religion with the rest of the world’s 221,000,000 Moslems.[17]

Tal como lo exponen los autores de Nizkor Project[18] citando a una tal Annie Alpert en el artículo que estoy utilizando para escribir este apartado, puede verse cómo en la cita anterior Baldwin siempre proporciona números literales (650 000 a 700 000, por ejemplo) para hablar sobre las cifras de las poblaciones judía y árabe, y, en cambio, la estimación del número de judíos en el mundo la hace empleando sólo palabras; lo que, de hecho, podría verse como un indicativo de que el autor no estaba buscando precisión en estas últimas. Aunque la verdad, esto es algo insignificante en comparación con los hechos que invalidan las cifras de Baldwin y, por supuesto, cualquier uso de las mismas para negar el holocausto.

La gran mayoría de negacionistas –o al menos de los que yo conozco–, gracias a su convenientemente selectivo método de investigación, no parecen haberse enterado de que una semana después del artículo de Baldwin, el NY Times publicó un texto donde se retractaba de la estimación de «quince a dieciocho millones de judíos en el mundo» hecha por el editor militar:

El artículo del domingo pasado estimó incorrectamente que la población judía del mundo era de 15 a 18 millones. No se ha realizado ningún censo desde la guerra, y las estimaciones son sólo aproximadas, pero la mayoría de las autoridades están de acuerdo en que las masacres de judíos de Hitler durante la guerra redujeron la población judía, tal vez a 12 millones hoy.

Cita Original:

Last Sunday’s article incorrectly estimated the Jewish population of the world at 15 to 18 million. No census has been conducted since the war, and estimates are only approximate, but most authorities agree that Hitler’s wholesale massacres of Jews during the war reduced the Jewish population to perhaps 12 million today.[19]

Claro que hay otros negacionistas que, quizá intentando lucir más avezados, admiten la rectificación del Times, pero, en su contra, alegan que ésta fue producto de un «revisionismo sionista» que no desea que se descubra la verdad. Así nos lo muestra, por ejemplo, la página web del Institute for Historical Review (IHR) en un artículo titulado: The Big Lie Technique in the Sandbox y escrito por un tal Lewis Brandon –de quien Annie Alpert, según los autores del Nizkor Project, dice que su verdadera identidad es David McCalden–.

Los periódicos también están sujetos al «revisionismo» sionista. En el New York Times del 22 de febrero de 1948, un artículo sobre el golpe judío en Palestina dio una cifra de población de 15 a 18 millones de judíos en el mundo. Esta cifra, por supuesto, convertiría a los «Seis millones» en una tontería demográfica, ya que había 15 millones de judíos en el mundo en 1940. Inmediatamente, el lobby sionista «apeló a la razón» de los editores, y cuatro días después, el siguiente codicil fue publicado: [A continuación la cita anterior].

Cita Original:

Newspapers are also subject to Zionist «revisionism». In the New York Times of 22 February 1948 a feature on the Jewish putsch in Palestine gave a population figure of 15 to 18 million Jews in the world. This figure would, of course, make the «Six Million» a demographic nonsense, as there were 15 million Jews in the world in 1940. Immediately, the Zionist lobby «appealed to the reason» of the publishers, and four days later, the following codicil was published:[20]

Véase, por cierto, la tendenciosidad –o suprema ignorancia, quizá– de «Lewis Brandon» al indicar equivocadamente que el artículo de Baldwin se refería al golpe de estado judío en Palestina.

En el aludido artículo del IHR se manifiesta que, «Sensing that something was rotten in the state of publishing»[21] (Sintiendo que algo estaba podrido en el estado de la publicación), el judío anti-sionista Benjamin Freedman investigó el asunto en 1959 y, posteriormente, a través de una reunión con Hanson Baldwin, pudo verificar la investigación que respaldaba las estimaciones de judíos en el mundo que había hecho el exmilitar, cosa que –continúa «Lewis Brandon»– describió en su periódico Common Sense el primero de mayo de 1959[22]. En cuanto a esto, Annie Alpert corrige señalando que Freedman, según su propia publicación, fue a las oficinas del Times un día después de la aparición del artículo de Baldwin –no en 1959–, y que Common Sense, de hecho, no era periódico de Freedman, sino de Conde McGinley[23]. Alpert incluso nos muestra la parte de la publicación de Freedman donde habla de su «investigación» junto a Baldwin:

El 22 de febrero de 1948, el New York Times publicó cifras extraídas de su censo secreto de 1947 que indicaban un mínimo de 16,150,00 y un máximo de 19,200,000 de los llamados «judíos» en el mundo para 1947. A través de la cortesía del Sr. Arthur Hays Sulzberger, editor del NY Times, este autor confirió el 23 de febrero de 1948 con el comandante Baldwin en su oficina, donde este autor examinó documentos que respaldan plenamente las cifras publicadas por el NY Times el 22 de febrero de 1948. A este autor se le permitió examinar el archivo que contiene Los resultados de las investigaciones realizadas por el NY Times a través de sus propias oficinas en todo el mundo y con la colaboración de gobiernos y organismos religiosos en esos países extranjeros.

Cita Original:

On February 22, 1948, the New York Times published figures taken from their 1947 secret census indicating a minimum of 16,150,000 and a maximum of 19,200,000 so-called «Jews» in the world for 1947. Through the courtesy of Mr. Arthur Hays Sulzberger, publisher of the NY Times this author conferred on February 23, 1948 with Commander Baldwin in his office where this author examined documents fully supporting the figures published by the NY Times on February 22, 1948. This author was allowed to examine the file containing the results of the searching investigations conducted by the NY Times through its own offices throughout the world and with the collaboration of governments and religious bodies in those foreign countries.[24]

La publicación de Freedman hubiera sido de ayuda para los negacionistas –y su tendenciosidad habría quedado mejor encubierta– si no fuera porque, 8 años más tarde –según «Lewis Brandon»– Morris Kominsky[25] decidió hacer averiguaciones sobre ella y el artículo que la había motivado; poniéndose en contacto en este sentido con Baldwin para corroborar sus fuentes y su presunta reunión con el anti-sionista, y recibiendo, a continuación, una carta de parte del editor militar –que reprodujo en su libro, según Alpert– cuyo contenido es el siguiente:

Estimado Sr. Kominsky,

Gracias por su carta de consulta del 6 de enero. Las cifras de la población judía del mundo impresas en esta historia provinieron de la edición de 1948 del World Almanac. Más tarde lo verificamos con el Comité Judío Americano y otras fuentes y dijimos en la corrección, como señalé en mi carta anterior, que las autoridades están de acuerdo en que la masacre de judíos de Hitler durante la guerra redujo a la población judía a quizás 12 millones hoy. (2/26/48).  

Si el señor Freedman se reunió conmigo no lo recuerdo. El problema es, por supuesto, que se trata de eventos que tuvieron lugar hace 19 años. Veo a cientos de personas por año, muchas de ellas solo por unos minutos, así que no puedo jurar que no vi al Sr. Freedman, pero si lo hice no me impresionó ni a mí ni a mi asistente.

No sé qué quiere decir el Sr. Freedman al examinar los documentos, pero, que yo sepa, no tenemos ningún documento en particular que tenga que ver con el asunto en cuestión.

Espero que esto responda a sus preguntas; Si hay algo más que desee saber, no dude en escribir de nuevo.

Sinceramente,

Hanson W. Baldwin (Editor Militar)

Cita Original:

Dear Mr. Kominsky,

Thank you for your letter of inquiry of January 6. The world Jewish population figures printed in this story came from the 1948 edition of the World Almanac. Later we checked it with the American Jewish Committee and other sources and said in the correction, as I noted to you in my previous letter, that the authorities agree that Hitler’s wholesale massacre of Jews during the war reduced the Jewish population to perhaps 12 million today (2/26/48).

If Mr. Freedman met with me I do not remember it. The problem is of course, that you are talking about events that took place 19 years ago. I see hundreds of people per year, many of them only for a few minutes so I could not swear that I did not see Mr. Freedman but if I did it made no impression either upon me or upon my assistant.

I do not know what Mr. Freedman means by examination of documents but to my knowledge we had no particular documents bearing on the issue in question.

I hope this answers your questions; if there is anything else you wish to know please do not hesitate to write again.

Sincerely,

Hanson W. Baldwin (Military Editor)[26]

La afirmación de Baldwin en su carta a Kominsky se puede comparar con investigaciones sobre las cifras del almanaque mundial entre 1939 y 1949[27].

Imagen 2. Estimaciones de judíos en 1948 según el almanaque mundial[28].

El tal «Lewis Brandon» también menciona la investigación de Kominsky en su artículo en el website del IHR, sólo que, como es de esperarse, de una forma bastante poco detallada, indicando incluso el libro en donde puede encontrarse, el año y la ciudad en que éste fue publicado, y el nombre de su editorial curiosamente con una letra equivocada; después de lo cual parece señalar con un «no relation!»[29] que dicha editorial no tiene nada que ver con la obra. Ante esto, Annie Alpert comenta: «Oh, ha ha — except it’s BRANDEN Press, not BRANDON»[30] (Oh, ja, ja, excepto que es BRANDEN Press, no BRANDON).

Puesto que las estimaciones de judíos en el mundo para 1948 hechas por Baldwin –según sus propias palabras en la carta a Kominsky– vinieron de las cifras del almanaque mundial en su versión de ese mismo año, es absurdo utilizarlas como una prueba definitiva del número de judíos después de la segunda guerra mundial, y algo incluso peor pretender negar el holocausto a partir de ellas; más todavía teniendo en cuenta que el artículo en cuestión ni siquiera estaba relacionado con la cantidad de judíos asesinados a manos de los nazis ni con nada por el estilo.

Los negacionistas, por su parte, probablemente respaldarán a Freedman y al «censo secreto» que, según él, el NY Times llevó a cabo «a través de sus propias oficinas en todo el mundo y con la colaboración de gobiernos y organismos religiosos en esos países extranjeros», deslegitimando la carta de Kominsky y alegando, de seguro, que este «sionista»[31], junto al Times, es parte de una conspiración judía internacional dedicada a ocultar la verdad en pro de sus propios intereses. Aseveración de la que, apuesto, Ockham se reiría mientras sostiene su navaja[32].

Queda en evidencia que Baldwin, en su artículo, hizo una afirmación equivocada al decir que había entre quince y dieciocho millones de judíos en el mundo; un error que, no obstante, resulta entendible si se supone que este hombre, volviendo a Alpert, era sólo un asediado exmilitar nombrado editor que buscó algunos números en un almanaque[33] para establecer ciertas estimaciones irrelevantes respecto el tema que estaba abordando.

Los datos de la enciclopedia Chambers

Respecto a la Enciclopedia Chambers, claramente la cantidad de 6.5 millones de judíos antes de la segunda guerra mundial difiere de las aportadas por las organizaciones judías antes aludidas, las cuales, aun restando los supuestos 1.500.000 que –según el Basler Nachrichten– emigraron a territorios fuera de la influencia nazi, son suficientemente altas como para dar cabida al exterminio de entre 5 y 6 millones de judíos. La situación podría verse de esta manera como un asunto de credibilidad, ¿Cuál de las fuentes entonces ha ofrecido la información más certera? ¿La Enciclopedia Chambers, o el American Jewish Yearbook y el World Almanac? Un punto clave en contra de las usadas por los negacionistas es que éstas ni siquiera son coherentes entre sí, a diferencia de lo que sucede entre las que respaldan la versión oficial, donde los números de judíos por año encajan incluso con los censos locales de distintos estados e instituciones[34].  

Por otro lado, si la cifra atribuida a la Enciclopedia Chambers es la verdadera, significaría que el análisis de Aberg y otros negacionistas a partir de los datos del almanaque mundial, del comité judío americano y de los ofrecidos por Baldwin en 1948, es una completa equivocación, considerando en especial que es contrario al sentido común que de los más o menos 15.5 millones de judíos en el mundo antes de la guerra sólo un 42% –6.5 millones– estuviera en Europa.

Esto habla de lo poco científicas que son las afirmaciones negacionistas, cuyo único objetivo parece ser negar la cifra de los 6 millones sin importar que para ello se empleen fuentes contradictorias entre sí. Es razonable que, bajo los datos de Baldwin, los de la enciclopedia Chambers, y tal vez de una que otra fuente más, se dude de que hayan sido 6 millones los judíos asesinados por los nazis; es justo que se cuestione, hasta cierto punto, las cifras del almanaque mundial y del anuario judío americano, pero lo que no es posible, es que a partir de este cuestionamiento se niegue por completo el holocausto, como si los censos constituyeran la mayor de las pruebas de este acontecimiento. Es algo eminentemente disparatado y uno de los motivos de por qué quienes lo hacen son llamados negacionistas y/o falsos revisionistas, y de por qué son tan despreciados en el mundo académico.

Los negacionistas ni siquiera se preocupan por enterarse de dónde salió la cifra de los 6 millones, para ellos es más sencillo dar crédito a las fuentes que más les convienen y rechazar las de la versión oficial por considerarlas, basados en quién sabe qué absurda especulación, parte de una conspiración judía mundial para, no sé, quizá dominar el mundo –en ciertos sitios web puede verse incluso cómo algunos dicen que los sionistas ya están tramando apoderarse del vaticano en los próximos años–. No se dan cuenta de lo estúpido que es, por ejemplo, que los judíos, supuestos controladores de la sociedad, hayan planeado un complot tan gigante –construyendo cámaras de gas, hornos cremadores, falsificando miles de documentos y demás– y se les haya pasado por alto arreglar los datos del almanaque mundial antes de 1949 y/o de la misma enciclopedia Chambers. Bajo la lógica negacionista apuesto a que esto último no habría sido difícil de hacer, considerando la cercanía entre la editora en jefe, Margret D. Law, y el gobierno británico pro-Israel de 1950.

Una vez más, lo que hace que los negadores de la shoah se perciban tan desatinados, tan insensatos, además del rechazo radical de un evento del que se tienen miles de evidencias, es la relación de éste con su pro-nazismo y antijudaísmo. Un ejemplo perfecto lo constituye el mismo Einar Aberg ¿Cómo dar crédito serio a la «investigación» de un personaje claramente antisemita? Quien, citando incluso a metapedia[35], la «enciclopedia alternativa» de internet preferida por los negacionistas hispanohablantes dado su manifiesto antisemitismo, decía que: «Ningún sistema social en el mundo que alberga al judío psiconeurótico permanecerá saludable por mucho tiempo… y muy rápidamente, el judío pervertirá cada cultura y destruirá a cada pueblo anfitrión».[36]

En oposición al falso revisionismo, los historiadores, académicos y adeptos del método científico jamás utilizan los datos de la versión oficial como una prueba determinante de la matanza deliberada de judíos a manos de los nazis. Ello más bien se toma como un hecho coherente con lo sucedido, nunca como una de las principales evidencias. Y es que, desde siempre, los datos ofrecidos por organizaciones encargadas de censar personas se han tomado con mucha reserva para las investigaciones de los sucesos históricos, dada la facilidad con que los mismos pueden alterarse, la carencia de un método exacto y sencillo para su obtención, y la dificultad que ésta acarrea, especialmente en tiempos de guerra; o es que, ¿Acaso los negacionistas piensan que en medio de una guerra alguien va a atreverse a visitar los campos de batalla para ver cuántas personas de un determinado origen hay? ¿Es sensato que los perseguidos salgan de sus refugios para ser contabilizados?

Los archivos de la cruz roja

Todavía queda un argumento negacionista utilizado para intentar desacreditar la cifra de los 6 millones y, consecuentemente –a través de una disparatada «lógica»–, rechazar el holocausto en su totalidad. Éste está fundamentado en los supuestos archivos de la cruz roja internacional sobre los campos de concentración nazi, en los que aparece un documento con un número de víctimas de los campos de concentración, de 373.468.

Imagen 3. Supuesto documento de la cruz roja internacional utilizado por negacionistas para negar el holocausto [37]

Uno puede comenzar refutando esta «evidencia» –o «contra-evidencia», mejor dicho– con una simple buena traducción del contenido de la hoja de la imagen 3, que revelaría que el documento en cuestión indica en el párrafo que precede a la fecha en que éste fue emitido, que: «Los números de muertes certificadas en el registro no permiten una conclusión sobre el número real de muertes». Por esta razón es que rara vez se encontrará este documento como prueba de la falsedad del holocausto en artículos web de negacionistas alemanes y/o estadounidenses –después de todo, es mucho más sencillo traducir del alemán al inglés que de estos dos idiomas al castellano–.

Pero claro, la sola buena traducción no es suficiente para demostrar que el documento aludido de la cruz roja no sirve para corroboración de nada, puesto que aún quedarían no pocos negacionistas hablando sobre lo absurdo que es pensar que esta «seria» organización hubiera cometido semejante error de cálculo de más del 1000% ¿Cómo entonces debe entenderse este documento? Pues, para empezar, como lo que verdaderamente es:

Un informe que indica cuántas fichas de fallecimientos se han creado hasta el momento a partir del fondo de documentación almacenado en Arolsen[38]. Un fondo documental inmenso, pero que no contiene todos los registros de las personas desplazadas por las autoridades del III Reich a campos de concentración o a otros sitios, de 1933 a 1945. Este informe se hacía periódicamente. Según se iba leyendo y clasificando esta documentación, se creaba una base de datos de nombres, y se registraban los datos allí escritos… Y si hay algún muerto, o una carta que mencione que fulanito o menganito han muerto en tal fecha, pues se registra. En eso consisten éste y otros «informes de la cruz roja» que los revisionistas quieren hacer pasar por un compendio de todas las muertes de todos los campos, sin tener en cuenta que ni se tiene toda la documentación, ni se registraban todas las muertes en documento alguno. La advertencia subrayada del documento se debe precisamente a que versiones anteriores de este informe ya han sido «presentadas» como «informes de la cruz roja de todos los fallecidos en campos de concentración».[39]

De hecho, el origen de este documento, la sede del Internacional Tracing Service (ITS) de Alemania, constituye per se una evidencia de la monumentalidad de las atrocidades nazis, al resguardar nada más y nada menos que la documentación sobre el destino de millones de civiles bajo el régimen liderado por Hitler, «la mayoría recogida de los propios organismos alemanes, como archivos originales de campos de concentración, del ministerio de Trabajo, de ayuntamientos y sedes locales de la Gestapo»[40]. Con todo, a ningún historiador o académico serio –y probablemente a nadie que no tenga estirpe negacionista– se le ocurriría creer que en el ITS están registradas todas las muertes, abusos, deportaciones y traslados de gente que llevaron a cabo los oficiales nazis, puesto que es lógico que no siempre elaboraran estos documentos, y que una enorme cantidad de los mismos haya quedado destruida por los bombardeos de los aliados, el ajetreo de la guerra y/o soldados o burócratas que intentaban no dejar pruebas de sus actos criminales ya cuando la batalla estaba perdida.

Aquí uno puede dudar una vez más de ese pretendido «impulso científico por buscar la verdad» que los negacionistas postulan como el principal motivo de su rechazo al holocausto. No es nada seria una supuesta investigación que niega de forma contundente un suceso histórico a partir de un sólo documento, y mucho menos si éste proviene de una institución que guarda miles de documentos más que avalan el acontecimiento referido. Por este motivo es que los negacionistas no son reconocidos como auténticos revisionistas de la historia.


[1] Diario liberal-conservador fundado en 1844, hasta su fusión con el Basler Zeitung en 1977. La publicación suiza referida se encuentra en el siguiente link: https://archive.org/stream/Basler-Nachrichten-vom-13.06.1946-Wie-hoch-ist-die-Zahl/BaslerNachrichtenVom13.06.1946-WieHochIstDieZahlDerJuedischenOpfer2S.TextUndScan_djvu.txt. De leerla, se podrá notar cuán «neutral» respecto al holocausto es.

[2] Editor sueco, fundador en 1941 de la liga de lucha antijudía de Suecia.

[3] Organización fundada en 1906 con el objetivo de reunir a todos los sectores de judíos de Estados Unidos para defender los derechos de los judíos en todo el mundo.

[4] Baldwin fue un destacado editor militar del NY Times; si se quiere saber la importancia real (o nula, mejor dicho) del artículo referido para las investigaciones del holocausto, puede verse la siguiente publicación de Nizkor Project: http://www.nizkor.org/ftp.cgi?miscellany/stats/jewish-population-stats.02.

[5] Registro anual de los judíos norteamericanos. Publicada desde 1899.

[6] The Nizkor Project. The World Almanac Gambit, Deceit & Misrepresentation: The Techniques of Holocaust (2009). http://www.nizkor.org/features/denial-of-science/worldalmanac.html.

[7] American Jewish Committee (AJC). American Jewish Year Book Vol. 35 (1933-1934); Statistics of Jews, p. 12. http://www.ajcarchives.org/AJC_DATA/Files/1933_1934_7_Statistics.pdf.

[8] AJC. American Jewish Year Book Vol. 51 (1950); World Jewish Population, p. 2. http://www.ajcarchives.org/AJC_DATA/Files/1950_7_WJP.pdf.

[9] AJC op. cit. (7), p. 11.

[10] AJC op. cit. (8).

[11] AJC. American Jewish Year Book Vol. 102 (2002); World Jewish Population (pages 601-642), p. 8: http://www.ajcarchives.org/AJC_DATA/Files/2002_13_WJP.pdf

[12] Ibídem, p. 10.

[13] Como la del Jewish Virtual Library.

[14] Segio DellaPergola; The Hebrew University of Jerusalén. World Jewish Population 2016, p. 18.

[15] Profesor de ingeniería eléctrica en Northwestern University; conocido por su obra The Hoax of the Twentieth Century (El engaño del siglo XX), un texto en donde niega el holocausto.

[16] Hanson W. Baldwin; New York (NY) Times. Armies for Palestine; Need for International Force of 70,000 Believed Indicated as U.N. Faces Decision. https://www.nytimes.com/1948/02/22/archives/armies-for-palestine-need-for-international-force-of-70000-believed.html.

[17] The Nizkor Project. Shofar FTP Archive File: miscellany/stats/jewish-population-stats.02. http://www.nizkor.org/ftp.cgi?miscellany/stats/jewish-population-stats.02.

[18] Fundado por Ken McVay, es un proyecto online dedicado a contrarrestar la negación del holocausto.

[19] The Nizkor Project op. cit. (17)

[20] Lewis Brandon; Institute for Historical Review. The Big Lie Technique in the Sandbox; Newspapers. http://www.ihr.org/jhr/v02/v02p-35_Brandon.html

[21] Ídem.

[22] Ídem.

[23] Internet Archives. Common Sense newspaper-Conde J. Mc Ginley Sr. — Naval Intelligence Report. https://archive.org/details/CommonSenseNewspaperCondeJ.McGinleySr.NavalIntelligence/page/n3.

[24] The Nizkor Project op. cit. (17).

[25] Autor del libro The Hoaxers: Plain Liars, Fancy Liars and Damned Liars; texto en donde examina el equivocado y mal intencionado uso que hacen los conspiracionistas del holocausto de las cifras dadas por Baldwin en 1948.  

[26] The Nizkor Project op. cit. (17).

[27] The Nizkor Project op. cit. (6).

[28] Blog: Historical Tribune. Jewish Population Increases from Before to After WWII: 15,748,091 – 15,753,638 ∼ Jewish World Almanac (2016). https://historicaltribune.wordpress.com/2016/09/24/jewish-population-increases-from-before-to-after-wwii-15748091-15753638-%E2%88%BC-jewish-world-almanac/

[29] Brandon op. cit. (20).

[30] The Nizkor Project op. cit. (17).

[31] Así se refiere a Kominsky el supuesto «Lewis Brandon» en su referido artículo. Por mi parte, aún no he encontrado ninguna prueba que relacione al primero con algún movimiento sionista.

[32] La navaja de Ockham es un principio metodológico y filosófico, atribuido a Guillermo de Ockham, según el cual: En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable.

[33] The Nizkor Project op. cit. (17).

[34] Véase, en este sentido, las investigaciones de cantidades de judíos en diversas partes del mundo, expuestas en el website del Berman Jewish Databank. https://www.jewishdatabank.org/databank.

[35] Enciclopedia electrónica fundada por Anders Lagerström en el 2006, en la que se avalan prácticamente todas las tesis negacionistas del holocausto.  

[36] Metapedia. Einar Aberg; Pensamiento. https://es.metapedia.org/wiki/Einar_Aberg

[37] Blog: Antirrevisionismo. Informes de la Cruz Roja Internacional, ¡”La verdad” en 1984!; el documento en cuestión. https://antirrevisionismo.wordpress.com/2010/03/19/informes-cruz-roja-1984/

[38] El International Tracing Service (ITS) de Arolsen, Alemania, es un centro internacional para la documentación, información e investigación sobre la persecución nazi, el trabajo forzoso y el Holocausto en la Alemania nazi. Contiene aproximadamente 30 millones de documentos de los campos de concentración, detalles del trabajo forzoso y archivos sobre personas desplazadas.

[39] Antirrevisionismo op. cit. (37) (En los comentarios).

[40] Ídem.