Negacionismo del holocausto
Hoy en día es común encontrarse con gente, normalmente joven, que, exhibiendo un cierto sentimiento de rebeldía social, niega desde posturas rígidas hechos considerados como verdades indiscutibles por el grueso de la sociedad, y de los que la comunidades científicas y académicas tienen no pocas evidencias. Varios autores definen a este tipo de personas como «negacionistas»[1]; hombres y mujeres que, sustentados en pruebas seudocientíficas, y en una expresión de su malestar hacia el sistema social bajo el que viven y respecto al que se sienten oprimidos de algún modo[2] –muchos, a mi parecer, guiados también por la resistencia a modificar sus ideas y/o el deseo de desmarcarse de lo común–, intentan constantemente rebatir desde la forma del planeta tierra, hasta el cambio climático, el holocausto[3], los crímenes de Hitler, el VIH, la teoría de la evolución, y otros asuntos más.

Es curioso, por lo menos para mí, que estas personas refuten precisamente las realidades que más se dan por sentadas en el saber popular y científico, aquellas que son más difíciles –por no decir imposibles– de contradecir; digo, ¿Por qué empeñarse en desmentir la redondez de la tierra en lugar de hacer lo propio con la idea bastante arraigada en occidente de que los japoneses son seres humanos superiores, sólo por poner un ejemplo? Después de todo, esta última consideración es más sencilla de impugnar que la primera. Que se elija negar los hechos más incontrovertibles puede dar cuenta de que, más allá de la búsqueda de la verdad –que es, según sus afirmaciones, lo que más impulsa su negacionismo–, son otros los motivos que los llevan a oponerse a ciertas realidades establecidas, entre ellos, diría yo, la generación de la controversia que necesitan para ser notados y autoproclamarse como distintos al resto.
Este análisis del negacionismo y las razones psicológicas y sociales que llevan a sus protagonistas a profesarlo da para no pocas hojas de escritura; por ello, para evitar la extensión, no profundizaré más en él y me limitaré sólo a perseguir el objetivo de esta serie de artículos, que es responder, una por una, a las «evidencias» que suelen usar los negacionistas del holocausto para defender sus posturas. Vale decir que, de acuerdo con lo anterior, los negacionistas del holocausto son por lo general individuos que también niegan que Hitler haya sido un criminal, afirman que los judíos tratan, y han tratado a lo largo de toda la historia, de dominar el mundo, y manifiestan sentimientos y opiniones antisemitas[5].

Puede que se crea tener suficientes pruebas de que Hitler no fue el hombre malvado que gran parte de la política y la prensa occidental ha querido hacer creer a la sociedad desde hace mucho tiempo, pero de ahí a que se diga que Hitler fue en realidad un salvador para la humanidad, y que los judíos, en su plan de conquistar al mundo y someter a los demás pueblos, se han encargado de construir una mentira de proporciones gigantescas, es, sin duda, rayar en lo absurdo, y la primera demostración de que el soporte de las ideas negacionistas no es racional, sino subjetivo.
¿Evidencias?
Antes de entrar de lleno a replicar los argumentos que los negacionistas utilizan para mantener sus ideas, es preciso hacer un par de reflexiones respecto al tema.
La primera de ellas es que gran parte de las supuestas evidencias con que estos hombres y mujeres intentan respaldarse, en realidad no son «pruebas» como tal, sino más bien conjeturas –extraídas de ciertos hechos, por decirlo de alguna manera, no tan indiscutibles– de las que, dada su parcialidad ideológica, deducen el juicio que más les satisface. Parecido a lo que infiere un hombre religioso a partir de la idea de que los seres humanos somos perfectos: «si somos perfectos, es porque un ser más perfecto nos creó… lo que quiere decir que dios existe», sin llegar a reconocer que la perfección es subjetiva, o que, aunque llegásemos a ser «perfectos» según parámetros y mediciones objetivos, ello no tiene por qué implicar que hayamos sido creados por un dios, ni mucho menos que éste sea lo que en su religión se dice que es.
Así, por ejemplo, los negacionistas del holocausto piensan que pruebas válidas de que el holocausto no tuvo lugar es que nunca se encontraron dispositivos para evaporar el Zyklon B[7] en los campos de concentración, que no hay una declaración firmada por Hitler donde ordene o se muestre de acuerdo con el asesinato en masa de judíos y gentes de otras etnias, que no se hayan encontrado las cenizas de las personas quemadas en los hornos de los crematorios, y aun la poca verosimilitud de las leyendas de que los nazis empleaban la grasa humana para crear jabones –lo que podría ser más bien una suerte de tortura psicológica para los prisioneros–. Como éstos, por supuesto, muchos ejemplos más.

Los negacionistas, haciendo honor al concepto del término que los define, pretenden pasar por alto que el holocausto es probablemente el acontecimiento criminal del que más evidencias –verdaderas evidencias– se tienen, debido a la ingente cantidad de documentos, listas, informes, fotografías, relatos y confesiones que se refieren a él y que además concuerdan entre sí; y gracias a las instalaciones y gran cantidad de objetos encontrados por los aliados[9] cuando tomaron los campos de concentración. De nuevo, ellos prefieren enfocarse en lo que les parece cuestionable de la versión oficial para, a partir de aquí y a través de conjeturas, refutar todo lo demás: «los autores del holocausto dicen que los nazis cremaban los cuerpos en 10 minutos, pero esto es mentira dado que un cuerpo humano dura aproximadamente 2 horas para consumirse… por este motivo es muy dudable que los crematorios hayan sido utilizados para quemar a los prisioneros», leía hace unos días.
Esto último es lo que no permite, en
estricto sentido, que los negacionistas puedan ser considerados revisionistas
de la historia, como a muchos les gusta llamarse o proclamar a las principales
figuras que rechazan el holocausto. El auténtico revisionismo, empleador del
método científico, se encarga de reinterpretar los sucesos históricos a partir
de nuevos datos o análisis más precisos, sin dejar de lado las evidencias
anteriores; no se esfuerza en encontrar nuevos datos y posibles
inconsistencias, ni en hacer nuevos estudios, para negar lo sucedido o corroborar
una idea determinada, al tiempo que desatiende a consciencia, o desprecia, las
pruebas ya establecidas, como sí hacen los negacionistas o falsos revisionistas
del holocausto.
[1] De acuerdo con Janet Maslin, un negacionista es una persona que niega la realidad como una forma de evitar una verdad psicológicamente incómoda. En ciencias, el negacionismo es el rechazo de hechos y conceptos básicos que son partes indiscutibles y bien apoyadas del consenso científico sobre un tema, a favor de ideas radicales y controvertidas.
[2] Ver, por ejemplo: Negacionismo de la historia: Una manifestación del malestar en la cultura, de Otero Rossi, María Rosario y Najt, y Norma Etel.
[3] Es el genocidio que, durante la segunda guerra mundial, llevó a cabo la Alemania nazi, asistida por colaboradores locales, en el que sistemáticamente acabó con la vida de unos seis millones de judíos europeos.
[4] Blog: Usted no se lo cree. Por qué usted, probablemente, no se lo cree. https://ustednoselocree.com/category/psicologia/.
[5] El antisemitismo es, dicho del modo más simple posible, la hostilidad hacia los judíos como raza.
[6] Prensa digital: El Diario NY, de EE. UU. Parientes de Hitler viven en Long Island y son republicanos, pero no les gusta Trump. https://eldiariony.com/2018/10/09/sobrino-nietos-de-hitler-viven-en-long-island-y-son-republicanos-pero-no-les-gusta-trump/.
[7] Marca del pesticida utilizado para los asesinatos en masa de judíos en los campos de concentración nazi.
[8] Trip Advisor España. Auschwitz-Krakow Tours; Lo Zyklon B, veleno utilizzato per uccidere i prigionieri del campo. https://www.tripadvisor.es/LocationPhotoDirectLink-g274772-d2269327-i334184375-Auschwitz_Krakow_Tours-Krakow_Lesser_Poland_Province_Southern_Poland.html.
[9] Países que luchaban en contra de Alemania durante la segunda guerra mundial.
Quiero ser tu fabs destacada.
Me gustaLe gusta a 1 persona